El extraordinario don de Rebeca Atencia
El extraordinario don de Rebeca Atencia
Estaba marcando árboles, poniendo carteles con sus nombres para luego anotar los datos de alimentación de los chimpancés. Rebeca Atencia, veterinaria española, clavaba los marchamos en los troncos y el tac-tac de sus martillazos se expandió por la selva. «De repente oigo algo a mi izquierda. Y lo veo a mi lado. Todo hinchado. Enorme. No reaccioné bien porque, en vez de alejarme o mostrar sumisión, lo miré y le dije: '¿Qué pasa?'. Y me eché un poco hacia delante. Se lo dije en castellano, imagínate. Fue como retarlo. Por eso saltó y me mordió en la cabeza», cuenta Rebeca.