Auriculares, discotecas, conciertos... El riesgo de escuchar la música ‘a tope’ La generación Z, a un paso de la sordera prematura
Cómo quitar el límite de sonido del móvil?» es una de las preguntas más buscadas en Google por los usuarios. Cada vez que aparece en los smartphones el mensaje de advertencia del volumen excesivamente alto al escuchar música, deslizan el dedo, cierran la notificación y siguen con su banda sonora.
Con el sonido ‘a tope’. Así es como la mayoría de los millenials y los jóvenes de la generación Z escuchan la música a través de sus auriculares. Un reciente estudio revela que entre el 18 y el 29 por ciento de los jóvenes se exponen a diario a sonidos excesivamente altos en los auriculares. Si paseas por la calle, viajas en el metro, acudes al gimnasio o a cualquier lugar concurrido, seguramente los hayas visto con auriculares, prácticamente ya una 'extensión corporal’, y sometidos a un bombardeo auditivo de peligrosos decibelios.
Pero, ¿cómo de peligroso puede ser este hábito? En cifras: entre 670 y 1.350 millones de jóvenes en todo el mundo están en riesgo de perder su audición. Así lo detalla el estudio publicado por BMJ Global Health. El 24% de los jóvenes de entre 18 y 34 años que usan auriculares y prácticamente el 50% de los que frecuentan lugares de ocio como discotecas o festivales corren el riesgo de sufrir daños auditivos.
Discotecas o festivales suelen rondar los 112 decibelios; por encima de los 80, se pone en riesgo la salud auditiva
La comunidad científica advierte que cualquier exposición prolongada a un sonido que supere los 80 decibelios pone en riesgo la salud auditiva. Más aún, si la exposición sostenida es de un nivel mayor de 90 decibelios, lo que puede causar sordera permanente.
Para poner esto en perspectiva: el nivel de ruido en los lugares de ocio como discotecas o festivales suele rondar los 104-112 decibelios, cifras muy alejadas de los 70 decibelios que se consideran seguros y muy cercanos a los 120 decibelios de una taladradora. Cuestión que se ve agravada por la tendencia de los auriculares inalámbricos de inserción que focalizan los altos niveles de música en tu oído, con la posible consecuencia de hipoacusias.
En concreto, lo que ocurre con estos niveles de ruido es que pueden ocasionar daño en las células ciliadas, que son transductores muy sensibles para la audición y que nos permiten escuchar correctamente, situados en la cóclea del oído. De hecho, ante la exposición a sonidos fuertes, se puede manifestar fatiga, tinnitus —el zumbido auditivo típico que suele producirse tras un concierto— e incluso, pérdida auditiva temporal.
Normalmente, estas células se recuperan y desaparecen los síntomas, pero nuevos estudios sugieren que los sonidos fuertes pueden interferir permanentemente con la conexión entre las células ciliadas internas y el nervio auditivo, que transmite señales de sonido al cerebro. Algo que puede derivar en una sordera permanente en la que sea imprescindible recurrir al uso de audífonos o implantes cocleares.
Los expertos recomiendan la regla 60/60: no utilizar los auriculares más de 60 minutos al día y no superar el 60% del volumen al que pueden funcionar
Al no poder escuchar los sonidos, el habla se ve afectada, pero también la autoestima y las relaciones sociales. Incluso con sordera leve, las áreas auditivas del cerebro se ven debilitadas. Y en la medida que puede llegar a afectar al sistema nervioso central, altera también el equilibrio, pudiendo provocar caídas.
A la hora de prevenir los problemas auditivos, es importante tener en cuenta no solo los niveles de sonido, sino también el tiempo de exposición y la asiduidad de uso. Los expertos recomiendan la regla 60/60: no utilizar los aparatos insertables en el oído más de 60 minutos al día y no superar el 60% del volumen al que pueden funcionar.
Otros consejos útiles son usar aplicaciones móviles que funcionen como sonómetro para ser conscientes del ruido que te rodea y acudir a un otorrinolaringólogo en cuanto se sienta el más mínimo problema de audición. La otra medida sensata es usar unos auriculares que sean buenos aislantes del sonido exterior, de modo que no tendamos a subir el volumen de la música para evitar los ruidos de fondo.
Según la OMS, las personas con auriculares con una exposición de 100 decibelios en tan solo 15 minutos se encuentran al mismo nivel de peligro que un obrero en una jornada de ocho horas a 85 decibelios.
Y es que las obras más ruidosas de construcción, incluidas las que utilizan perforadoras neumáticas, rondan los 110 decibelios. Cerca de un aeropuerto, los aviones en vuelo pueden alcanzar alrededor de 130. Uno de los peligros más singulares de la contaminación acústica es que (a diferencia de muchos otros tipos de contaminación visual) rara vez se nota de inmediato.
Sin embargo, según un reciente informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, el ruido ambiental es una de las causas que provocan 48 000 nuevos casos de cardiopatía isquémica al año, así como 12 000 muertes prematuras. También se calcula que 22 millones de personas sufren molestias crónicas importantes y que 6,5 millones de personas padecen alteraciones del sueño graves y crónicas.
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