La 59 edición de la Festa do Albariño sigue arrojando cifras que dan cuenta de las multitudes que arrastra esta fiesta. Ayer le tocó a la basura. El servicio municipal de limpieza recogió durante los cinco días de fiesta cerca de cien toneladas de residuos sólidos urbanos, solo en el casco urbano.
Las cinco brigadas de limpieza, integradas por cuatro personas cada una, realizaron una recogida general y el baldeo de las calles todos los días, desde primeras horas de la mañana, en las calles más céntricas, según informó el Concello. El sábado, el domingo y el lunes se sumaron otras dos brigadas de cinco personas cada una, hasta completar un total de treinta. En los distintos operativos se emplearon dos camiones de baldeo y otros tantos de recogida de contenedores.
El alcalde, Luis Aragunde, felicitó ayer a las brigadas de limpieza «polo intenso traballo despregado durante estas festas, que permitiron renovar cada mañá a imaxe urbana da vila, malia que pudiera haber algún fallo puntual nalgunha zona». El regidor se refiere, probablemente, a las quejas que formularon los comerciantes de la calle Curros Enríquez que el lunes por la mañana acudieron al Concello y se pusieron en contacto con la prensa para manifestar su malestar por la suciedad que presentaba esta céntrica vía.
Luis Aragunde también hizo ayer extensiva su gratitud a los hosteleros y restauradores, a los bodegueros y viticultores y al Consello Regulador Rías Baixas «sen cuxo esforzo e fiel colaboración non sería posible esta festa». En su balance de fin de fiesta, el alcalde también valoró como «moi positivo» el acto de confraternidad con la cofradía Amigos del Olivo de Baena y la labor de Pedro Piñeiro en el Capítulo Serenísimo do Albariño,