No era fácil, pero Toxo estrena nuevo hogar en Ponte Caldelas

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La familia al completo en Ponte Caldelas: Inma y Pablo con sus hijos Brais e Isabel, su pinscher Kelo y Toxo, el recién llegado tras ser adoptado
La familia al completo en Ponte Caldelas: Inma y Pablo con sus hijos Brais e Isabel, su pinscher Kelo y Toxo, el recién llegado tras ser adoptado CAPOTILLO

El perro, al que le amputaron una pata tras ser atropellado y quedar malherido, fue adoptado por una familia. Tras su recuperación estuvo en la protectora de Pontevedra

22 mar 2024 . Actualizado a las 15:41 h.

Decían el pasado enero en la protectora Os Palleiros, de Pontevedra, que la adopción del perro Toxo no iba a ser fácil. Al hecho de que se tratara de un can sin una pata trasera, que se le tuvo que amputar tras quedar malherido posiblemente tras un atropello, se sumaba su raza y su condición de perro potencial peligroso (ppp). Recibida el alta veterinaria, Toxo siguió su recuperación en las instalaciones que la asociación tiene en la parroquia de Campañó. Ahí estuvo dos meses hasta que esta semana encontraba un hogar en el municipio de Ponte Caldelas. Explica la presidenta de Os Palleiros, Gloria Cubas, que como suele suceder cuando se produce una adopción hay que pasar primero un período de adaptación. En el caso de Toxo era necesario porque en su nueva vivienda ya hay otro animal, un pinscher. «La familia vino por aquí y no les importó ni que le faltara una pata ni que fuera ppp», decía contenta la presidenta de la protectora.

Inmaculada Esteban confiesa que estaban buscando un perro, pero no de forma inmediata. La familia tiene a Kelo, un pinscher de quince años, y pensaban en otro can para cuando este falleciera. Pero vio la foto de la cara de Toxo y algo le llamó la atención. «Luego me enteré de lo de la pata y conocí su historia. Lo pensé antes de hablar con mi marido. Así que fuimos a la protectora y ya vimos sus ojos. Convencí a Pablo y tras la adaptación el martes 19 se vino con nosotros a casa», relata Inma. La familia tiene una vivienda en el campo. Inma, que es de Valencia, cuenta que el hecho de que Toxo fuera un ppp también motivó que se lo pensaran al tener dos hijos pequeños, Brais e Isabel, de 5 y 3 años. «En Valencia habíamos tenido perros ppp, pero en el caso de Toxo no sabíamos su pasado. Cuando fuimos a conocerlo su reacción con los niños fue muy buena», cuenta.

Mientras Inma se sacaba la licencia y completaba el papeleo acudieron a Os Palleiros con algún voluntario y participaron en paseos con Toxo. El martes el perro pasó su primera noche en su hogar de Ponte Caldelas. «Se está adaptando súper bien. Al principio Kelo tenía algo de miedo, pero parece que hacen buenas migas. La primera noche Toxo lloró cuando apagué la luz, pero la segunda noche ya no». Comenta que los niños están «como locos» con el perro y que Toxo parece no echar de menos la pata que le falta. «Se desenvuelve muy bien. El otro día fuimos al veterinario que lo operó por una tema de la cartilla y el animal se puso muy contento nada más entrar al ver al personal y ellos también. La verdad es que es un amor de perro».

Toxo, que es un macho, había sido rescatado, en estado grave, el 10 de enero en una zona de monte de la parroquia de Verducido, en Pontevedra. Lo que piensan en Os Palleiros es que pudo ser atropellado y quedó malherido. Fue localizado por un trabajador de una empresa de desbroces, que fue quien le puso el nombre. Tenía una fractura en una pata y varias lesiones abrasivas. En la clínica veterinaria Mourente se encargaron de su tratamiento. Parecía que todo iba bien, pero al final tuvieron que amputarle la pata trasera derecha. Cuando lo encontraron Toxo no tenía chip y llevaba puesto un collar de descarga. Os Palleiros difundió su caso a través de sus redes, pero no apareció ningún dueño. Tras su recuperación, se puso en adopción. Y, aunque parecía que no sería fácil, Toxo ya tiene nuevo hogar en Ponte Caldelas.