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La descarga de túnidos recupera el pulso tras el batacazo del covid

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

CARMELA QUEIJEIRO

Las descargas en A Pobra subieron en 7.359 toneladas en los primeros ocho meses

08 oct 2021 . Actualizado a las 04:55 h.

En su momento álgido, la pandemia del covid, que todavía tiene en jaque al mundo, supuso un varapalo para sectores como el pesquero. Aunque la actividad fue considerada esencial y los profesionales no dejaron de trabajar, su labor se vio muy condicionada tanto por las limitaciones frente a los contagios como por la incidencia de la crisis sanitaria en ámbitos ligados a la actividad extractiva. Las descargas de túnidos en la comarca, que tiene en A Pobra do Caramiñal al principal puerto de Europa en este ámbito, no fueron una excepción. Durante el primer semestre del 2020 se alijaron 11.000 toneladas menos que en el mismo período del 2019. La situación mejoró ligeramente después y los datos indican que está recuperándose el pulso este año tras el batacazo.

La información facilitada por Portos de Galicia pone de manifiesto que durante los ocho primeros meses de este ejercicio se movieron 6.509 toneladas más de atún que en la misma franja temporal del año pasado. La cantidad total ascendió a 71.336. La diferencia la marca A Pobra, con un incremento de 7.359. Sin embargo, la caída de 1.000 toneladas experimentada por Ribeira merma el crecimiento en el cómputo global.

El grueso de los buques que llegan a la comarca cargados de túnicos proceden del Atlántico. Del Índico arriban en una proporción mucho menor y solo en ocasiones y en circunstancias especiales -como cuando hay una elevada cantidad de mercancía a la que dar salida y las compañías buscan territorios en los que poder comercializarla-. El peso conservero de la comarca inclina la balanza a su favor, además del hecho de que de las descargas van dirigidas tanto a empresas barbanzanas como a otras de zonas próximas.

Descenso de los fletes

Un representante de una de las principales consignatarias que operan en la comarca señalaba ayer que las oscilaciones en los alijos de mercancía tienen un carácter cíclico: «Dependemos de la pesca», aseguraba.

Sin embargo, es un hecho que el volumen de pescado que llega en los congeladores ha experimentado en los últimos años un significativo descenso. Como ejemplo cabe citar que hasta el año 2017 el volumen superaba ampliamente las 100.000 toneladas y, desde entonces, el descenso ha sido constante.

Este hecho no es solo atribuible a un mayor o menor volumen de capturas, sino también a que los fletes descienden porque aumenta el transporte de la mercancía por carretera.

Desde las consignatarias apuntan que las condiciones exigidas desde Bruselas sobre el producto que llega en los buques provocan un incremento del coste de los fletes y, también, de lo que debe pagar la industria. Ante esto, se impone el transporte en camiones frigoríficos por carretera.

Actualmente solo hay un buque que esté siendo alijado en el muelle de A Pobra, después de que el miércoles zarpase otro tras vaciar las cámaras.

Desde otra de las empresas que operan en la zona señalaban que uno de los barcos que recaló en los últimas jornadas en el muelle pobrense venía solo con la mitad de la carga. Mientras que desde otra firma señalaban: «Ahora también hay más paradas en este ámbito y eso repercute en el volumen de descargas».

 

La incorporación de estibadores flojea cuando la carga de trabajo obliga a reforzar plantillas

La estiba constituía una salida laboral para muchas personas en la comarca, pero va descendiendo a medida que caen los fletes. Las consignatarias que operan en Ribeira y A Pobra cuentan con personal fijo, cuyo trabajo está garantizado cada vez que un barco llega a puerto. Sin embargo, representantes de algunas empresas reconocen que la incorporación de personal eventual flojea cuando la carga de trabajo obliga a reforzar plantillas.

Los buques tienen cuatro bodegas y, si todas vienen cargadas, son necesarios una decena de estibadores para vaciarlas. Algunas firmas están encontrando dificultades para aumentar el número de operarios en circunstancias puntuales. Si esto sucede, la actividad también se ve ralentizada.

Desde las empresas atribuyen a la inestabilidad el hecho de que haya menos personal disponible, dado que ahora la fluctuación en la entrada de barcos es mayor: «A xente busca outras opcións». Otros hablan del escaso interés por el desempeño de esta ocupación entre los jóvenes.

sálvora

Cambios

Hay quien se muestra pesimista sobre el futuro de una actividad como la descarga de túnidos en la comarca, y quien se decanta por una óptica más positiva. Lo que sí es un hecho constatado es que desde hace años viene registrándose un descenso en el volumen de mercancía que llega. El transporte en contenedores gana peso, aunque al precio que está el movimiento de mercancías por este medio habrá que ver cuál es la evolución de los próximos meses.