Las colmenas están debilitadas y las abejas no salen a comer
07 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Los apicultores de O Val Miñor han asumido ya una merma de entre un 40 y un 50% de la producción de miel este año. Es uno de los daños colaterales de la avispa asiática que, insisten, ha venido para quedarse.
José Ramón Suárez Estévez, delegado en las Rías Baixas de la Asociación Apícola Galega (AGA), ya ha iniciado la recolección y, aunque algunos la aplazan hasta el mes que viene, sitúa en el 40 % la pérdida respecto al año pasado tras hablar con una veintena de apicultores de Baiona y Gondomar. Él forma parte del grupo de la comarca que combate este insecto depredador desde hace un lustro. A día de hoy, indica, «la situación pinta muy mal. Las piqueras están llenas de vespa velutina y las abejas no salen a comer por el placaje, hay apicultores que las están alimentando a mano, pero este mes va a ser terrorífico», avanza el experto.
En Nigrán, donde el Concello ha liderado la cruzada para luchar contra esta especie invasora, se muestran más optimistas en cuanto al avance de la plaga pero también confirman pérdidas históricas. «Las colmenas quedaron muy debilitadas el año pasado y las lluvias interrumpieron la floración del eucalipto», por lo que la merma de producción puede alcanzar el 50 %, prevé Alfonso Vázquez, concejal de Sanidade y también apicultor. La campaña que les permitió cazar hasta 3.000 reinas en las 44 trampas que pusieron en primavera, la valoran muy positivamente. «El año pasado cogimos 300 nidos y este solo 5, así que estamos tranquilos pero sin bajar la guardia por lo que pueda pasar en otoño», indica el edil.
Según el pronóstico de los apicultores de Baiona y Gondomar, lo que va a llevar con la nueva estación «es terrible». Suárez confirma que ellos también han recogido 4.000 reinas, pero advierte que «hay más nidos que el año pasado». Ya han visto nidos secundarios que están creciendo en árboles, muros y casas. Aunque han retirado una veintena, «habrá muchas más que el año pasado en un mes». Él mismo retiró esta semana un nido en la persiana de un domicilio. La peor parte se la llevó el dueño de la casa, que fue hospitalizado por la reacción de una picadura.