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De aquellos lodos, todos estos kilovatios

Lars Christian Casares Berg
CHRISTIAN CASARES PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Una planta convertirá los residuos del marisco y el vino en gas y electricidad

24 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Comer marisco y beber buen vino de Rías Baixas es una experiencia electrizante para muchos turistas europeos y un gran negocio para multitud de restauradores, pero un quebradero de cabeza para los productores. Porque solo los residuos generados por la industria conservera se estiman en ochenta mil toneladas al año. Y la elaboración del vino deja aproximadamente otras seis mil toneladas.

¿Y si lo único electrizante de todo este proceso no fuese solo el placer de comer y beber? Con 5,6 millones de euros, conchas y racimos exprimidos en la producción de conservas y vino podrían convertirse electricidad.

El dinero, como los turistas, debe llegar de Europa, pero si el proyecto, que acaba de presentar la Diputación de Pontevedra, es aprobado, el marisco y el vino tendrán una segunda vida como luz y gas. El proyecto consiste en la construcción de una planta de biogás para el aprovechamiento de residuos de pequeñas y medianas empresas marisqueras, conserveras y vitivinícolas.

En realidad se sumarán también otros residuos procedentes de procesos menos glamurosos: lodos de depuradoras municipales y de fosas sépticas de pequeños núcleos de viviendas unifamiliares. Pero todo suma. Mediante el desarrollo de nuevas fórmulas de aprovechamiento del biogás y su purificación para obtener gas natural, este se bombearía después a la red. Su aprovechamiento eléctrico y térmico permitiría lograr una potencia eléctrica de 22.000 kilovatios diarios y 33.000 de calor aprovechable.

Y de paso acabar con buena parte del quebradero de cabeza de los residuos. Se estima que podría procesar 5.600 toneladas al año, para alivio de 250 empresas y sesenta ayuntamientos.