O Rosal finaliza una buena cosecha, aunque la recolección baja un 40%

O ROSAL

02 oct 2007 . Actualizado a las 11:25 h.

Los viticultores rosaleiros adscritos a la Denominación de Origen Rías Baixas han vuelto a capear el temporal y, pese a que creció menos fruto y a la adversidad de las condiciones meteorológicas durante toda la campaña que incluso desataron el ataque de mildiu a algunos cultivos, cierran la vendimia con «buenos resultados».

La caída de producción respecto a la del año pasado ronda el cuarenta por ciento, como en toda la Denominación. Sin embargo, la comparativa, apuntan los expertos, debe hacerse en relación a la media, ya que la última cosecha fue excepcional y desbordó cualquier previsión. Este descenso, «no es una catástrofe, ni mucho menos, simplemente no es muy abundante», señaló ayer el responsable de los servicios técnicos del Consello Regulador, Agustín Lago, recordando que, además, «los últimos cuatro años coincidieron por la muy buena producción y otro tanto de calidad».

En cifras de volúmenes y a falta de un cinco por ciento para cerrar, en las 500 hectáreas de viñedos integrados en la Denominación se recolectarán 2,5 millones de kilos, según indicó Agustín Lago. Un valor similar al del 2002, ya que, en el 2003 se rondó la barrera de los tres millones y, desde entonces, se mantuvo este récord que alcanzó su mayor pico en la anterior cosecha, con 3.987.000 kilos de uva vinificada.

El ciclo biológico de las vides estableció un primer límite en el nacimiento, con un diez por ciento menos de fruto, entre los meses de junio y julio se desencadenó la plaga de mildiu y, a finales de agosto, en pleno proceso de maduración, aparecieron las atas temperaturas que provocaron cierta deshidratación e hicieron bajar el peso de los frutos y, por lo tanto el rendimiento, explicaron desde el Consello.

Fue el año más difícil para hacer previsiones fiables, pese a las punteras tecnologías con las que trabaja la Denominación y las bodegas adscritas. «Había fincas perfectas y, al lado otras totalmente dañadas por el mildiu», resaltó Agustín Lago. De hecho, viticultores y técnicos coinciden en el descenso, pero no en los tantos por ciento. La afección es excesivamente distinta, no alcanzó a las principales bodegas y se ensañó con algunos de los pequeños viticultores que perdieron toda la producción.