La Voz de Galicia

Un internauta prorruso considera «héroes» a los habitantes de A Illa por ofrecer agua y alimentos a la fragata expulsada de Arousa

Vilagarcía de Arousa

serxio gonzález Vilagarcía / La Voz
La fragata rusa fue escoltada por la Guardia Civil y Salvamento Marítimo hasta aguas internacionales tras su expulsión de la ría de Arousa

«Los descendientes del español Colón respetaron las leyes del mar y acudieron en ayuda del Shtandart», sostiene el individuo en X con respecto al buque que encontró refugio en Cee

31 Jul 2024. Actualizado a las 20:17 h.

Jacob Charite es un intenso usuario de X, la antigua Twitter, que desde el inicio de la guerra de Ucrania utiliza la red social para apoyar los intereses rusos en el conflicto. El hombre puso el foco esta semana en los problemas que arrastra la fragata Shtandart, a la que se prohibió la entrada en los puertos de A Coruña y Vigo, en cumplimiento de las sanciones europeas al régimen de Putin, pero se introdujo sin pedir autorización el fin de semana en la ría de Arousa, para fondear frente a A Illa. El buque, una réplica exacta de un barco que Pedro el Grande mandó construir en el siglo XVIII en San Petersburgo, tuvo que abandonar las aguas españolas el sábado, después de que la Capitanía Marítima de Vilagarcía ordenase su expulsión. Pero, entre unas cosas y otras, la tripulación tuvo tiempo de avituallarse, algo que no ha pasado desapercibido al internauta prorruso. El individuo se deshace en halagos hacia los habitantes del municipio arousano, a quienes considera los «héroes del día» para subrayar que «los habitantes de la isla española de Arousa entregaron agua y alimentos a la tripulación de la fragata rusa».

Es más, a hilo de esta cuestión principal, Charite parece decantarse por la teoría que sitúa el nacimiento de Cristóbal Colón en las rías: «Los descendientes del español Colón, que respetan las leyes del mar, acudieron en ayuda del Shtandart». Eso sí, aporta una más que dudosa explicación para el comportamiento del capitán Vladimir Martus, quien apagó las comunicaciones de la fragata después de que su presencia fuese rechazada en Vigo y A Coruña y arribó a A Illa sin solicitar la preceptiva autorización para proveerse de agua y alimentos: «No se pudo declarar la emergencia, ya que las autoridades españolas podrían haber obligado a la tripulación a abandonar el barco sin derecho a regresar». Que en realidad no es así lo demuestra el hecho de que el buque sí obtuviese permiso para atracar en Brens (Cee) en cuanto apeló a una cuestión humanitaria.

La Shtandart funciona a medio camino de un buque escuela y un barco museo, con una importante vertiente formativa y lúdica. Asidua habitual de las concentraciones de barcos clásicos, la invasión de Ucrania le ha ocasionado múltiples dificultades. No pudo participar en el festival de embarcaciones de Brest, en Francia. El último puerto que había tocado antes de que la Capitanía Marítima de Corcubión autorizase su arribada a Brens fue el de Les Sables d'Olonne, el 7 de julio. La Armada francesa intervino entonces para ahuyentarla. Se disponía a intervenir en la Iacobus Maris Experience, el festival que Vigo acogió el fin de semana pasado, pero tampoco pudo hacerlo, lo que le llevó a probar suerte en Arousa sin pedir permiso.

No es extraño que, en estas circunstancias, la fragata cambiase en junio su pabellón por el de las islas Cook, un protectorado británico, y que su capitán insista en que nada tiene que ver con el Gobierno ruso. De momento, su nueva bandera no le ha ahorrado complicaciones ni continuar bajo el foco de entidades como la Asociación Galega de Axuda a Ucraína (AGA-Ucraína), que levantó la liebre sobre su intención de atracar en A Coruña y Vigo.  Esta entidad ha hecho público un comunicado hoy en el que es muy crítica con el capitán del Shtandart, Vladimir Martus, al que califica de «peligroso» y al que acusa de «un cúmulo de negligencias». La actitud del marino, expone, atenta «contra la seguridad de su tripulación y del resto del tráfico marítimo».

AGA-Ucraína asegura que Martus «viene violando las más elementales normas de navegación». Alerta de que el responsable de la embarcación desconecta el sistema de identificación automática (AIS) «para evitar ser localizado, lo que provoca un peligro para el resto de las naves». De hecho, tanto en la tarde del martes como en la mañana de hoy era imposible localizarlo a través de las aplicaciones habituales que hacen seguimiento a los buques. Le atribuye, asimismo, haber mantenido incomunicada la fragata.

 


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