El hombre que trajo la música
Carballo
Los numerosos amigos de Benito Trillo Trillo, de la parroquia de Ameixenda-Cee, le rendirán un homenaje el sábado por toda una vida dedicada al arte
06 May 2003. Actualizado a las 07:00 h.
Corrían otros tiempos en la Ameixenda de medio siglo atrás. Algunos chavales aficionados a la música calmaban sus ganas de divertirse cantando serenatas en las ventanas a cambio de un café o de un vaso de vino. Entre ellos, Benito Trillo Trillo, que pronto cumplirá 70 años; la mayor parte de ellos se la pasó cantando. El sábado, vecinos y amigos le preparan una fiesta. No se trata de un aniversario ni de una celebración de un día. Es un acto para conmemorar una vida. La que pasó y pasa Benito Trillo enseñando a los suyos a educar la voz para cantar. Cantar, cuenta, siempre le gustó. Allá por los años 50 se fue a un desfile en Cee y como premio a su voz le dieron una corbata. Cuando volvía a casa con un amigo, éste se quejaba de que era una pena que en Ameixenda no se hiciera nada. Y ése fue el detonante, hacia 1957, de que apareciese en la parroquia ceense la coral Follas e Cunqueiros. Nada de solfeo Dice Benito que jamás estudió música, que todo le venía de oído y del gusto por cantar. Que de notas sólo ubicaba sol en el pentagrama y que las partituras que a veces le pedían no podía entregarlas porque sólo existían en su cabeza. En ella está concentrado medio siglo de música en Ameixenda. Cuenta que vio pasar por el coro a los de su generación, después a sus hijos y finalmente a sus nietos, y que el gusto por la música y las actividades siguió creciendo, porque ya entonces hacía teatro «para que os maiores o pasaran ben os domingos», y la oferta se fue ampliando hasta que apareció la escuela de gaitas y la de baile. Es la segunda etapa de la historia de un coro que allá por los 80 pasó a llamarse Asociación Fumes do Cal que sigue funcionando a pleno rendimiento. Hasta el pasado año fue Benito Trillo su presidente, pero la edad, dice, le hizo entregar el relevo. Tampoco ayuda una bronquitis que dificulta la práctica de su gran afición. El sábado escuchará las voces de sus amigos en reconocimiento a una vida hecha para entretener a los demás.