La Voz de Galicia

Tres tiendas de moda infantil de A Coruña, en liquidación: «Ves que la gente no entra y te frustras»

Vivir A Coruña

Yago Gantes
Ana Riga, propietaria de Cool & Kids (San Andrés, 134).

La crisis de precios, la caída de la natalidad, el comercio electrónico y las plataformas de venta de ropa de segunda mano están ahogando al sector

01 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Las tiendas Cool & Kids (San Andrés, 134), Mimos (Fernández Latorre, 19) y La Canastilla (Riego de Agua, 54), en A Coruña, han colgado el cartel de liquidación en el escaparate. Tres ejemplos que muestran el mal momento que está pasando el sector de la moda infantil en la ciudad. No hay que olvidar que la marca gallega Nanos comenzó su disolución y su adquisición por elPulpo a finales del pasado año. Y Prénatal bajó la persiana de su establecimiento de la calle Posse el pasado mes de julio.

Cierre de Cool & Kids, en A Coruña

«Se barajaron diferentes opciones que nunca resultaban viables. La situación económica y la baja natalidad son una realidad ante la que no podemos hacer nada». Ese fue el mensaje de despedida de la firma Nanos tras más de 60 años de actividad. Ana Riga, propietaria de Cool & Kids, comparte las explicaciones esgrimidas por la compañía gallega. A Coruña contabilizó en el 2022 la cifra más baja de nacimientos desde que hay registros. Según datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), en el anterior ejercicio vinieron al mundo 1.431 niños. «Eso lo noté, sobre todo, en el terreno de los recién nacidos. Yo dejé de vender la colección de primera puesta porque ya no se vende, no compensa traerla».

La empresaria, no obstante, dice que su cierre se debe principalmente a una caída de las ventas, que ha notado desde la pandemia del coronavirus, pero sobre todo desde el último año. «Hay una cuestión general: ha bajado mucho el consumo. La situación en las familias está complicada, así que reducen gastos de la ropa», cuenta. «Yo estoy vendiendo cada vez menos y los costes cada vez suben más. No me compensa», añade.

Otro factor que ha motivado el cierre ha sido el auge del comercio electrónico. Ana apunta que, cada vez más, los clientes compran por Internet porque encuentran más ofertas. «Las propias marcas hacen competencia al pequeño comercio», afirma. Un ejemplo claro de esta situación es con la campaña de Black Friday, muy centrada en el comercio electrónico: «Ahora el mes de noviembre también es de pérdidas. Al sector infantil hay que darle una vuelta», sentencia. A pesar de la situación, Ana está más animada desde que tomó la decisión de bajar la persiana y ve que está liquidando a buen ritmo. Antes, la situación sí que era más angustiosa: «Ves que la gente no entra y te frustras».

Cierre de Mimos, en A Coruña

Silvia López, propietaria de Mimos, abrió hace más de 11 años y también ha tomado la decisión de bajar la persiana. La razón es la misma, la caída del consumo, la competitividad a nivel de descuentos de las grandes superficies y el comercio electrónico, y las propias dificultades que genera llevar un pequeño comercio. «Nosotros hacemos los pedidos con seis meses de antelación, no está nada garantizado. El esfuerzo personal para mantenerlo es muy grande y la rentabilidad muy incierta», afirma la propietaria.

La idea del cierre comenzó a rondar la cabeza de Silvia a raíz de la crisis sanitaria. Y no solo por la caída del consumo que produjo durante su duración, sino por cómo se salió de ella. «Después del covid mucha gente cambió la mentalidad, le dio más importancia al buen vivir, prefieren ir a cenar o irse de viaje», asegura. Una variación de los hábitos de consumo que hizo mella en las ventas de su tienda: «Antes la gente venía y compraba casi un nuevo armario para la temporada, ahora van empujados por cada momento, cuando necesitan una camisa, la compran y si luego lo que necesitan es en pantalón, lo compran».

Silvia, con 45 años, también está más aliviada desde que tomó la decisión de cerrar. Y confía en liquidar pronto el stock que le queda para no tener que pagar mucho más tiempo los gastos que tiene una tienda física. Sobre su futuro, todavía no sabe qué va a hacer, pero tiene claro que no va a ser por cuenta propia: «No vuelvo a ser autónoma en mi vida», sentencia. 

Crisis del sector de la moda infantil

Esta crisis del sector no se circunscribe a A Coruña. La mítica Hansel, en Ferrol, también cerrará en las próximas semanas. Alicia Paz, la propietaria, explicó que su adiós se debe a un cambio en el modelo de consumo. «En Hansel vendemos ropa de calidad de marcas españolas y portuguesas, y yo creo que ahora la gente no se gasta tanto dinero en la ropa de los niños, va más a las cadenas y busca precios más baratos; prefieren gastar en otras cosas antes que en esto, porque además la ropa de los niños no dura tanto y en cuanto crecen se les queda pequeña. En ese sentido, creo que ha habido un cambio de hábitos. Y luego, además, están las dificultades y los gastos que afrontamos todos los autónomos, que nos crujen a impuestos», contó a La Voz.

El último informe de la Asociación Española de Productos para la Infancia (ASEPRI) muestra la mala situación del sector por la ralentización de su crecimiento. Tras una caída del consumo por la pandemia, los datos de moda infantil revelan una caída del crecimiento hasta un 3 % y 2,8 % en 2023 y 2024, respectivamente. Cifras que se quedan muy lejos del incremento del 9 % que se vivió en 2022, con la salida de la crisis del coronavirus.

Esta situación ya se llevó por delante a otras marcas referentes en el sector como Bonnet à Pompon o Neck&Neck. La catalana Bóboli, con tienda en la calle Posse, 51, es una de las marcas del sector nacional que mejor había salido de la crisis del covid-19. Sin embargo, su crecimiento en ventas se estancó en el 2023, según revela el portal especializado Modaes. Otra empresa clave del sector y que sigue adaptándose a este mercado cambiantes es la gallega Paz Rodríguez, con sede en Vigo. 


Comentar