La Voz de Galicia

Esther Olivares, sorda desde los tres años, es una más en los festivales: «Puedo disfrutar casi de cualquier variedad musical»

Vivir A Coruña

Yago Gantes
María Olivares y Luis Blanco, personas sordas que acuden a festivales de música gracias a unas mochilas vibratorias.

Unas mochilas vibratorias permiten a las personas con hipoacusia percibir el ritmo y la intensidad de cada canción

06 Sep 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Esther Olivares y su marido, Luis Blanco, van a asistir este fin de semana al Recorda Fest. Serán una pareja más de entre los más de 20.000 asistentes que van a disfrutar de la música y las letras de grupos como Amaral y La Oreja de Van Gogh. Sin embargo, ellos lo harán gracias a unas mochilas vibratorias. Ambos son sordos.

Olivares, vecina de Noia de 54 años, cuenta que siempre tuvo una relación muy especial con la música: «Desde niña me ha encantado bailar y cantar, en casa teníamos un tocadiscos de vinilo y casetes, y siempre estaba bailando», recuerda. Ella nació oyente, pero con apenas tres años se quedó sorda de los dos oídos. Tiene una hipoacusia bilateral profunda a raíz de una intervención médica. «Me pusieron una vacuna estando enferma de paperas y se me rompieron los tímpanos», afirma.

Ese contratiempo vital no ha impedido a Esther seguir divirtiéndose con la música. Lo consigue gracias a unos utensilios que transmiten energía. Las mochilas que la asociación Acopros, la Asociación de Colaboración y Promoción del Sordo, y el Recorda Fest han puesto al servicio de las personas sordas. Estos aparatos recogen la señal acústica que capta el receptor en vibraciones. Además, disponen de un equipo FM integrado para las personas que usen implante coclear o audífono.

Para Esther Olivares, este tipo de servicios significan mucho porque «poder disfrutar de la música como cualquier otra persona es una sensación increíble». «Las mochilas vibratorias hacen que perciba el ritmo y la intensidad de cada canción, y esto, junto con un intérprete de lengua de signos para entender las letras de las canciones, hace la combinación perfecta», añade.

Esther y Luis acuden a todos los conciertos y festivales que pueden con las mochilas vibratorias. Aseguran que han podido «disfrutar casi de cualquier variedad musical». No obstante, guardan con especial cariño los espectáculos de Rozalén: «Junto con su intérprete de lengua de signos hacen magia», sentencia.

Otras actividades que este matrimonio con hipoacusia disfruta hacer en grupo son practicar senderismo, asistir a obras de teatro y «disfrutar de la gastronomía de las zonas en las que hacemos turismo», cuentan.


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