Hakan Hardenberger: «Cualquiera sería capaz de tocar bien la trompeta»
Cultura

Considerado el mejor trompetista, tocó en Vigo con la Real Filharmonía
13 Dec 2013. Actualizado a las 11:30 h.
Del sueco Hakan Hardenberger dicen los expertos que es el mejor trompetista del mundo. Además de tocar, el número uno dirigió ayer en Vigo a la Real Filharmonía de Galicia. El músico asegura que está convencido de que seguirá «haciendo cosas en conjunto en el futuro».
-¿Cómo se siente cuando le definen como el mejor?
-No tengo en cuenta ningún tipo de ránking. En el mundo de la música no se trata de eso. No le doy mucha importancia.
-La trompeta no es tan popular como otros instrumentos que la mayoría de los niños eligen para iniciarse en la música. Sabemos que llegó a ella a los 8 años como regalo de Navidad, pero, ¿qué lo enamoró?
-Desde que la tuve en mis manos y recibí mis primeras lecciones con Bo Nilsson tuve la sensación de que me iba a acompañar siempre. Lo más extraño es que siempre me gustó ensayar y estar mucho tiempo practicando. Esta sensación me hizo seguir el camino.
-Recomienda a los estudiantes practicar tenis y golf. ¿Por qué?
-Quizás en alguna ocasión he comparado el swing del golf con el movimiento del violín. Pero yo recomiendo practicar cualquier tipo de deporte. Todos son importantes. Ayudan a saber administrar correctamente la energía y poder canalizarla con el menor esfuerzo posible.
-¿Qué hay que tener para tocar bien la trompeta, además de vivir en una casa sin vecinos?, ¿lo fundamental son unos buenos pulmones?
-Cualquier persona sería capaz de tocar bien la trompeta. No es solo necesario una buena respiración, sino que entran en juego todos los elementos corporales, el oído, la estabilidad, el buen sentido musical?
-Usted toca tanto piezas clásicas como contemporáneas. El público disfruta de Haydn o de Bach, pero también de ramalazos de cabaré o de The Beatles. ¿Cómo se toma eso la audiencia más tradicional o académica?
-Me gustan los retos. Son la base de la vida. Mi actitud ante el hecho musical es sobre todo no tener límite para todo lo que me propongo. Por esta razón me gusta experimentar.