Los tesoros de la catedral de Ourense atrapan a los investigadores del CSIC
Cultura
El ajedrez de cristal de roca o una caja de marfil, entre las piezas a estudio
19 Oct 2021. Actualizado a las 15:45 h.
La aparición de los supuestos anillos de los obispos de Santo Estevo de Ribas de Sil puso el foco sobre el trabajo que estaba desarrollando un grupo de investigadores del CSIC sobre las piezas que forman parte del tesoro de la catedral de Ourense. Encabezados por Therese Martin, que junto a sus compañeros acometió los primeros trabajos sobre los famosos anillos, el proyecto de investigación El tesoro medieval hispano en su contexto: colecciones, conexiones y representaciones en la Península y más allá (Tesoro 2) es una iniciativa que cuenta con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Varias investigadoras, lideradas por Martin, presentaron este lunes en la catedral de Ourense algunas de las piezas que se están sometiendo a estudio. Destaca entre ellas una caja de marfil excepcional en su género, ya que apenas hay constancia de media docena y la de Ourense es una de las dos mejor conservadas y más completas. La especialista en marfiles italiana Silvia Armando -de la John Cabot University de Roma- destacó su singularidad: «Solo existen cinco o seis en todo el mundo y se trata de una caja utilizada para contener balanzas de precisión».
Además de describir los compartimentos concebidos para los diferentes elementos del conjunto, llamó la atención sobre el hecho de que la caja haya sido tallada en un único bloque de marfil, lo cual podría situar su origen -por el volumen de marfil usado y el trabajo- en Egipto, Sicilia o algún taller de la Península en la época de los reinos de Taifas. Con grabados en árabe incrustados, realizados con tinta negra y roja, contiene en varios lugares «la palabra baraka, suerte, empleada en muchos contextos».
Armando vaticina que la caja de marfil del tesoro de la catedral de Ourense podría proceder de los siglos XII o XIII y, hasta ahora, es un misterio saber cómo ha llegado a la colección de la basílica. Se espera que la documentación existente en el Archivo Diocesano de Ourense pueda arrojar alguna luz. Para la investigadora, la caja de marfil con la balanza podría «ser utilizada por orfebres, cambistas o para labores farmacéuticas». Apuntó que a la caja le faltaba una tapa y se refirió a la existencia de una del mismo material en el Museo Arqueológico de Madrid.
Otra de las piezas que analizará es el báculo de marfil del tesoro de San Rosendo de Celanova. Y a dicha colección -que está en la catedral de Ourense- se refirió Therese Martin. La directora del proyecto mostró un altar portátil y un cáliz, aludiendo también al ajedrez de cristal de roca de la colección. «Lo importante no son las piezas, es el conjunto. Estas, el altar y el cáliz, son del siglo XII, pero el monasterio de Celanova se fundó en el siglo X -el documento de donación es del año 938- y no aparecen en la dotación del mismo. Lo que estamos intentando saber es dónde y cómo se hicieron. Que se haya creado esta colección y que el tesoro de San Rosendo haya permanecido junto todos estos siglos es lo que le da un valor extraordinario. El ajedrez de cristal de roca es conocido en todo el mundo, pero el tesoro es lo verdaderamente único».
Martin desveló que al analizar las piezas del ajedrez con el microscopio digital «apareció metal y parecía oro. En el análisis de fluorescencia de rayos X, vimos que no era, y eso hace más interesante la cosa: habían puesto un metal para dar la apariencia de oro en estas piezas para que fuera más duradero para el uso de las mismas».
Una semana para analizar metales y piedras de los anillos de Santo Estevo, además de la bolsa que los contenía
El proyecto de investigación del CSIC referido a los tesoros medievales hispanos toma como punto de partida los objetos de esta época reunidos en tesoros eclesiásticos. En la primera fase, 2016-2018, se trabajó en el de San Isidro de León y, según consta en la página del CSIC, la colección de la catedral de Ourense «es uno de los conjuntos de mayor interés por el origen variado de piezas de importancia mundial, como el ajedrez de cristal de roca o la caja eboraria [arte de la talla de marfil con esmaltes y metales preciosos] para portar un juego de balanzas». Treinta son las piezas a estudio y en la presentación del trabajo también se incluyeron, a mayores, las halladas en la iglesia de Santo Estevo. La leyenda de los anillos de los nueve obispos del monasterio de Nogueira de Ramuín es el argumento vertebrador de la novela El bosque de los cuatro vientos, de María Oruña, y la aparición de cuatro de las piezas a las que se le atribuían poderes milagrosos durante las obras de restauración vino a reforzar la leyenda.
En un primer análisis, cuando hace meses estuvieron varios miembros del equipo con la doctora Martin en Ourense, no se dataron las piezas y ahora se retomará la tarea. «Hemos hecho ya el estudio de fluorescencia y de rayos X. Nos da que es una aleación de plata muy frecuente. No es algo que podemos fijar ni en un lugar ni en una fecha porque es tan estándar que se usó mucho tiempo. Por eso vamos a estudiar las aleaciones de plata de estas piezas para ver si hay suficiente semejanza y fijar así una data un poco más ajustada», indicó.
Tratar de fijar la época en la que fueron realizados y analizar a fondo la composición de los metales y las piedras centrarán las labores que se desarrollarán esta semana en la catedral de Ourense. Y algo más, ya que Therese Martin apuntaba que la bolsa y las notas que aparecieron con los anillos también serán objeto de una revisión exhaustiva -«la bolsita en la que se encontraron es muy interesante», incidió.
La directora del proyecto sobre los tesoros medievales en la Península no pone el foco especialmente en la datación: «Tener una fecha en sí no es el fin, es solo uno de los fines, porque queremos entender cómo se han conformado, cómo es la manufactura, qué piezas se han utilizado para elaborarlos. Hay uno que parece que tiene un roto. ¿Pero son rotos o es una figura que aún no reconocemos porque no nos hemos puesto a ello?», concluye.