«Voar en círculos é o máis habitual: trátase de que o avión pese o menos posible e minimizar o risco de explosión»
España
Susana Romero, controladora aérea en Lavacolla, señala que cerrar una de las pistas del aeropuerto madrileño es la más acertada. Se evita que otro vuelo con problemas pueda dejar inhabilitada la maniobra de emergencia
03 Feb 2020. Actualizado a las 18:00 h.
Susana Romero, portavoz del sindicato de controladores aéreo USCA en Galicia, no ha dejado en las últimas horas de resolver dudas sobre el aterrizaje de emergencia del vuelo AC837 de Air Canadá en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas. «Neste caso, o piloto comunica un problema despois da maniobra de despegue en Madrid e solicita regresar por un problema no tren de aterraxe. Todo o que non se poda solucionar no aire implica sempre este procedemento», señala Romero.
Al principal motivo de preocupación de los habitantes en la capital madrileña, haber avistado el avión Boeing 767 volando en círculos y a baja altura, se le resta importancia desde el punto de vista técnico. «O controlador ten que facilitarlle unha ruta que non entre en conflicto con resto do tráfico porque o principal obxectivo é que a aeronave pese o menos posible e teña a menor cantidade de combustible inflamable nas súas adegas», añade Romero. Esto se debe a que de esta forma el esfuerzo al que será sometido el tren de aterrizaje -que sufrió el reventón de una de sus ruedas y algunos trozos salieron disparados dañando el fuselaje y provocando una explosión en el motor izquierdo- es menor y además, se minimiza el riesgo de explosión o incendio.
Una de las cosas que queda en manos del piloto, es la de quemar -mediante el funcionamiento normal de los motores- o liberar en el aire el combustible: «depende dos casos, hay sitios nos que sí se podería rociar, pero o mellor -por seguro- é queimalo en voo». En el caso del modelo que ha sufrido la incidencia, un Boeing 767, no tiene la opción de liberarlo sin más. Además, lo mejor es volar lo más bajo que sea posible porque es cuando el consumo es mayor y se «quema» más combustible; de ahí que muchos captasen la aeronave tan cerca del suelo.
Una de las pistas de Barajas, reservada en exclusiva
Una de las cosas positivas, dentro de la tensión que supone afrontar una emergencia aérea de este calado, es que Barajas cuenta con varias pistas diferentes. «Neste caso está reservada a pista 32 esquerda -32L o left, se nombra con los dos primeros dígitos del ángulo que forma la pista y su orientación; o sea, 320 grados y orientada a la izquierda- para que en canto o piloto decida aterrar sempre a teña libre». Esta práctica, la de cerrar una pista al resto del tráfico es acertada porque se evita que otro avión, por cualquier causa, la pueda dejar inutilizable por algún motivo. Con la pista preparada, los servicios de emergencia alertados y el avión quemando combustible, tan solo queda esperar al aterrizaje de emergencia, cuando el piloto del vuelo AC837 así lo decida: «cando iso ocorra, terá a máxima prioridade sobre o resto do tráfico que se estea operando».