La Voz de Galicia

Muxía salda su deuda con los voluntarios del «Prestige»

Galicia

19 Nov 2007. Actualizado a las 02:00 h.

Xavier Lombardero Muxía cree que nunca es tarde, y se dispone a saldar una deuda con miles de voluntarios que acudieron a la Costa da Morte para limpiar el chapapote vertido por el Prestige. Los ha convocado a un homenaje durante el puente de la Constitución. Concello y Cofradía envían miles de cartas y correos electrónicos a aquellos voluntarios, para los actos de los días 7 y 8 de octubre, cuando se les dedicará el Coído, una plaza y una sala museo con exposición permanente al voluntariado.

«É un acto de agradecemento a todas as persoas que chegaron e que, a pesar da impotencia que supuxo ver o Coído negro e ata o parque infantil ou as farolas derrubadas polo chapapote, demostraron solidariedade e axudáronnos a superalo», dice el alcalde, Félix Porto, quien desea además, en este quinto aniversario del desastre, que el homenaje institucional del Concello sirva para pedir disculpas a todos aquellos que se pudieron sentir agraviados. «Non podemos facer nada para pagar o que fixeron, pero si recoñecer a débeda que temos; témolos na nosa memoria, e por circunstancias políticas coñecidas non se puido facer antes», añade Porto.

Jesús Lapedriza, voluntario riojano que coordinó grupos de la marea blanca , vuelve todos los años a Muxía y ya confirmó su asistencia a los actos, en los que también habrá mesas redondas sobre las secuelas del Prestige, el papel de los medios de comunicación, el movimiento Nunca Máis y el voluntariado. La Dirección Xeral de Xuventude ha confirmado la presencia de dos grupos para el concierto del día 7, jornada en la que también habrá comida de confraternidad. Tampoco quieren faltar los grupos folk de la comarca.

Control médico

Lapedriza desea que no se descuide el examen médico de quienes colaboraron en la limpieza -dice que en cuatro meses él tuvo que acompañar al hospital de Cee a 15 personas que se sintieron mal-, y se alegra del homenaje. Confirma que muchos voluntarios forjaron en la Costa da Morte su amistad, y entre el chapapote surgieron parejas. «¡Cuántas lágrimas dejamos allí, pero muchos amigos tenemos ahora!», recuerda. Al cabo del tiempo, tiene la sensación de haber participado en algo grande y de corazón. Duda de que pueda repetirse una movilización semejante, con gente unida al margen de colores políticos. Natxo Castro cree incluso que fue el germen del cambio de mentalidad de la gente y de otros movimientos solidarios.

Oficialmente pasaron por Muxía unas 67.000 personas; extraoficialmente se cree que los voluntarios superaron los 100.000, apunta Natxo Castro, gerente de la Cofradía que, junto a su colega Ramón, de Protección Civil, vuelve organizar el encuentro y espera a miles de personas. Natxo dice que, aparte del mérito de los voluntarios foráneos, «non debemos esquecer á nosa xente, os galegos, que aguantaron seis meses de traballo ao pé do cañón, ou aos militares, que logo volveron tamén sen uniforme». La voluntaria Nuria Blanco, originaria de Hospitalet y que se acabó quedando en Muxía, cree que el homenaje «es de justicia».


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