Las muertes por olas de calor en Galicia serán el triple entre el 2030 y el 2080
Galicia
El incremento en A Coruña y Pontevedra será superior a la media española en el peor de los escenarios
12 Mar 2019. Actualizado a las 18:34 h.
La adaptación al cambio climático puede realizarse de forma rápida o lenta y con más o menos voluntad. Dependiendo de la evolución de la emisión de gases de efecto invernadero y el crecimiento de la población existen varios escenarios. El más optimista parece descartado, porque mantendría la temperatura media por debajo de un grado, un valor que ya se ha alcanzado. Si el modo de vida de la civilización actual no cambia, se llegará al peor de los escenarios, uno en el que la temperatura media aumente cuatro grados. En ese futuro las olas de calor aumentarán y serán más intensas. «Cuando se habla de un ascenso de la temperatura no es algo lineal. Es decir, no va a aumentar cada año cuatro grados sino que subirá sobre todo porque va a haber más olas de calor, de mayor intensidad y duración. Los tres últimos años han sido los más calurosos de la historia y también han sido los años con más olas de calor desde que hay registros», explica Aurelio Tobías, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
El CSIC ha colaborado en una investigación internacional que ha cuantificado la mortalidad por olas de calor en 420 ciudades de veinte países del mundo dependiendo de las diferentes proyecciones propuestas por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas para el período 2030-2080. «En el peor de los escenarios, con un aumento de la población y sin adaptación al calor habría un incremento de la mortalidad del 290 %, casi el triple. Entre 1970 y 2020 hemos estimado unas 2.400 muertes por ola de calor en España y unas 5.500 entre 2030-2080», reconoce Tobías. En algunas ciudades de Galicia los efectos de los episodios de temperaturas extremas serían incluso mayores que en el resto de España. «En A Coruña y Pontevedra tendrían un incremento de la mortalidad superior al 300 %.
Este aumento de la mortalidad no se produciría por golpes de calor sino porque se agravarían las patologías de las personas mayores o enfermas y se aceleraría el fallecimiento. En una comunidad como Galicia, con una población tan envejecida, las olas de calor tendrían un elevado impacto», señala el investigador. Aun así, los españoles están más preparados de forma individual para afrontar los venideros fenómenos de calor extremo. El punto de inflexión llegó tras la ola de calor del 2003, que dejó más de 6.000 muertos. «Nadie estaba preparado para aquel episodio tan intenso. Pero las investigaciones que hemos hecho revelan que las muertes durante las olas de calor posteriores al 2003 disminuyen. Tras ese suceso la población española tomó conciencia y decidió actuar de forma individual», confiesa Tobías. La defensa de cada persona para combatir el calor intenso consistió en preparar adecuadamente la vivienda. Varios estudios científicos indican que la compra de aparatos de aire acondicionado aumentó de forma notable después del 2003. «La gente, de forma natural, se ha adaptado. Yo, por ejemplo, antes no tenía aire acondicionado, y ahora sí. Y lo mismo ha ocurrido en hospitales y residencias. Sin embargo, esto no está sucediendo en el norte de Europa y por eso han sufrido tanto durante las últimas semanas», termina el investigador.