El prodigioso avance del viaducto que podía haber retrasado el AVE
Galicia
Los trabajos en esta obra, bloqueados durante dos años, avanzaron tanto que incluso adelantaron a otra estructura del acceso ferroviario que se había iniciado antes
06 Jan 2022. Actualizado a las 12:16 h.
Estuvo casi dos años parado. Las negociaciones con la empresa adjudicataria fueron muy duras, pero al final se consiguió desbloquear el viaducto de Teixeiras, el segundo paso elevado más largo en el tramo del AVE gallego más complejo, el que une Lubián con Taboadela, a las puertas de Ourense. El retraso de esta obra obligó a dividir en dos grandes tramos el despliegue de la vía y habilitar otra base de montaje secundaria, con el objeto de que el retraso en este puente no afectara a la instalación de la superestructura (vía, electrificación, elementos de seguridad...). Las obras se reanudaron a principios del año pasado y a día de hoy los resultados de un ritmo endiablado de trabajo ya son visibles: se ha terminado el tablero de la vía derecha y se ha iniciado el de la izquierda, donde ya se han abatido los semipuntales curvos del arco central que debe salvar el centro del valle, el arroyo de Teixeiras.
La evolución de la obra
Todo esto se ha hecho en algo más de un año y parece que los técnicos del ADIF están convencidos de que se podrá acabar en junio, tal y como estaba previsto en un cronograma de obra que hace solo unos meses parecía demasiado optimista. El viaducto doble -tiene tablero independiente para las dos vías- supera el medio kilómetro de longitud, pero sus pilas más altas van más allá de los 92 metros y, en la clave del arco central, la altura casi llega a los 95. Los túneles que se sitúan en sus extremos estaban terminados cuando la obra de la estructura elevada ni siquiera tenía cimentaciones. Esto explica que solo cinco años después de que las máquinas llegaran al tramo entre Cerdedelo y Portocamba tan solo se hubiera ejecutado el 35 % de la obra contratada, a pesar de que su longitud apenas supera los dos kilómetros.
En diciembre del 2017, el ADIF convocó a los medios para explicar cómo se organizarían los trabajos. A finales de enero del año pasado ya eran visibles las primeras cimentaciones y zapatas en el fondo del valle. Meses después, en junio, ya asomaban las primeras pilas en las partes más altas de las laderas, muy cerca de las bocas de los túneles. Y en otoño se empezó a construir el tablero de la vía derecha -actualmente solo pendiente de los últimos retoques-, así como a abatir los dos semiarcos del arco central. A día de hoy, dependiendo de desde donde se mire, puede parecer que el viaducto está terminado. El tablero de la vía derecha ya une las dos orillas del valle, pero el de la izquierda está en su fase inicial. La ventaja de este viaducto es que se cuenta con dos carros para el avance independiente de cada tablero. Algo que no sucede en otro de los pasos elevados relevantes de este tramo, el del Tuela que, contra todo pronóstico, va más retrasado ahora que el de Teixeiras. Aún no se ha terminado la vía derecha -el carro está llegando al estribo- y todavía no se ha comenzado la izquierda, quizás porque durante varios meses las obras se ralentizaron sensiblemente.
Obras en plazo
En cualquier caso, en el ADIF son optimistas y, por el momento, se está respetando el cronograma establecido para el tramo Lubián-Ourense, en el que deberían comenzar las pruebas a finales de este año o principios del que viene, según los compromisos del Gobierno central. El plazo oficial para el viaducto de Teixeiras es de tan solo 17 meses. En el Grupo Puentes, encargados de su ejecución, también hay confianza en un proyecto que, aseguran, «se está llevando a cabo siguiendo los más altos estándares técnicos y ambientales».
Esos ensayos siguen su curso en el trazado contiguo, entre Zamora y Pedralba, donde precisamente se están llevando a cabo las pruebas de carga de los viaductos. Cuando se termine esta fase y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria otorgue los preceptivos permisos, se pondrá en servicio. Según Fomento y el ADIF, la apertura de este tramo de 117 kilómetros supondrá un ahorro medio de 50 minutos en los viajes entre las principales ciudades gallegas y Madrid. Pero todavía no está claro cuándo se autorizará que los trenes comerciales circulen por estas vías.
Estación de A Gudiña
Por otra parte, el ADIF ha aprobado la adjudicación de la construcción de la nueva estación de alta velocidad de A Gudiña a una ute formada por Dragados y Tecsa, precisamente la misma que logró el contrato del tramo donde está el viaducto de Teixeiras. La obra se realizará finalmente por 3,2 millones y será, junto con la terminal de Sanabria, una de las dos estaciones situadas en ámbitos rurales del nuevo acceso ferroviario a Galicia. También se adjudicaron otros cuatro contratos por 2,3 millones para vigilar las obras del nuevo aparcamiento en la estación de Ourense, las de la base de montaje de Meamán y otras instalaciones.