La Voz de Galicia

Fomento no rectifica y solo habrá venta presencial de billetes en estaciones con más de cien viajeros diarios

Galicia

pablo gonzález redacción / la voz

Renfe asume la venta de sus propios billetes obligada por el proceso de liberalización del ferrocarril

03 Jan 2020. Actualizado a las 16:34 h.

Ni el Ministerio de Fomento ni sus empresas públicas ferroviarias han rectificado la decisión que deja sin venta presencial de billetes a ocho estaciones relevantes de Galicia (Redondela, Guillarei, Sarria, Burela, Viveiro, Ortigueira, O Carballiño y Ribadavia) y a unas 140 en el resto de España. Paradójicamente, las poblaciones más pequeñas notarán los perjuicios de la liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril, pero de momento no se beneficiarán de las ventajas de la competencia, que se circunscribirán a los grandes corredores de alta velocidad a partir de diciembre de este año. Este hecho histórico, que se producirá en toda la Unión Europea, tiene entre sus prescripciones que el administrador de la infraestructura y de las estaciones se desentienda de la venta de billetes y sean las propias operadoras las que se encarguen de esto, algo que por otra parte parece lógico.

Este hecho llevó a que el ADIF liquidara el convenio por el que desde el 2005 sus empleados asumían este cometido, y ya en el 2017 los trabajadores del administrador que realizaban estas funciones en las estaciones con más circulaciones y usuarios fueron adscritos a Renfe.

A partir del primer día de este año, por tanto, Renfe es la empresa responsable de vender los billetes para sus trenes y la operadora, a través de un comunicado, aseguró ayer que esa venta está garantizada «en todas las estaciones», aunque siempre existe la opción de que el interventor expida el billete, si es que el tren cuenta con este profesional, pues también hay recortes en este ámbito.

No obstante, la empresa pública solo asumirá la venta presencial de billetes en aquellas estaciones que tengan una media superior a los cien viajeros subidos al día «y un volumen determinado de ventas en taquilla». Parece que la intención es externalizarlo en cierta medida, pues la operadora pública prepara una licitación para este servicio. Este criterio deja fuera a las estaciones en las que desde el primer día del año se ha clausurado la venta presencial, pues la media diaria de viajeros que se suben al tren en estas terminales oscila entre los 49 de Redondela y los diez de Ribadavia.

Renfe instalará máquinas de autoventa en aquellas estaciones donde no las haya, así como un número de atención telefónica para resolver consultas o complicaciones. Al margen de esto, están los canales de venta por Internet de Renfe y el ultimo recurso de los interventores a bordo del tren. También se podrán realizar compras de billetes en las oficinas de Correos -una empresa pública que también depende de Fomento-, gracias a un convenio suscrito recientemente.

Estas medidas son muy criticadas por sindicatos ferroviarios como Comisiones Obreras o la CGT. Esta última central aseguró ayer que este cierre de taquillas «ahonda en el debilitamiento del ferrocarril público» y responde a «criterios mercantilistas de dudosa rentabilidad», al considerar que la recaudación «supera con creces» los gastos que conlleva el mantenimiento de estos servicios. Y alertan de un problema que puede suceder: si un viajero quiere comprar el billete a un interventor, pero no puede hacerlo por falta de personal, en caso de accidente el seguro obligatorio de viajeros no le cubriría al carecer de billete.


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