La Voz de Galicia

El juez encarcela por riesgo de fuga al último detenido por el crimen de Samuel

Galicia

Lucía Cancela A Coruña / La Voz
El nuevo joven detenido, investigado por un delito de asesinato, a su salida del juzgado

En principio no se esperan más arrestos por la paliza mortal de Riazor

30 Sep 2021. Actualizado a las 19:33 h.

El juez del Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña decretó este miércoles el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, del último detenido, el séptimo, por el crimen de Samuel Luiz, el joven de 24 años que murió tras recibir una brutal paliza la madrugada del 3 de julio en el paseo marítimo de Riazor, en A Coruña. El detenido es Alejandro Míguez Roca, de 25 años, que antes había comparecido como testigo del caso y que ahora es sospechoso de un delito de asesinato. Agentes de la Brigada de la Policía Judicial de la Policía Nacional de A Coruña lo arrestaron sobre las tres de la tarde del martes como presunto coautor de la paliza mortal que acabó con la vida de Samuel. Consideran que tuvo una participación directa en la agresión. Es amigo de los otros arrestados y, como ellos, tampoco conocía a Samuel. Fue llevado al juzgado a las ocho de la mañana por los investigadores, que también entregaron en el juzgado los datos obtenidos del volcado de los teléfonos móviles de los acusados.

El detenido no quiso declarar ante el juez, que ya por la tarde ordenó su encarcelamiento por las graves imputaciones y porque aprecia riesgo de fuga. Alrededor de las cinco de la tarde, una furgoneta de la Guardia Civil se encargó de trasladar al joven detenido a la cárcel de Teixeiro. Salió del juzgado a cara descubierta, solo tapado por una mascarilla.

Los otros detenidos son Kaio Amaral, Diego Montaña y Alejandro Freire, conocido como Yumba. Los tres están en prisión. Además del crimen, al primero de ellos también se le atribuye un delito de apropiación indebida por llevarse el móvil de la víctima. Al principio estuvieron en Teixeiro, pero a finales de agosto fueron repartidos en las cárceles lucenses de Bonxe y Monterroso. El traslado se hizo tras ingresar en la prisión de Teixeiro un familiar de Samuel Luiz.

Otros dos detenidos por la paliza mortal son menores de edad, por lo que están recluidos en un centro especializado en régimen cerrado. Y hay otra persona implicada, una joven llamada Katerine Silva. Permanece en libertad provisional, aunque con medidas cautelares, entre ellas la obligación de comparecer periódicamente en el juzgado. Tras la negativa ayer del último detenido a declarar ante el juez, el único que lo hizo hasta ahora fue Kaio Amaral, que negó su participación en la paliza, solo asumió el hurto del móvil de Samuel y descargó toda la responsabilidad en Diego Montaña y en Yumba. A pesar de que su defensa solicitó en dos ocasiones su puesta en libertad, el juez lo mantiene en prisión al apreciar riesgo de fuga debido a la petición de la pena de cárcel a la que podría enfrentarse, que podría alcanzar los 25 años si finalmente el delito que se le imputa es asesinato.

Todo indica que con esta detención la investigación policial está prácticamente terminada. Faltan algunos flecos, según las fuentes consultadas, pero en un principio no se esperan más detenciones en relación a este caso.

A la espera de EE.UU.

Ahora falta que la Justicia de Estados Unidos resuelva la petición del juzgado coruñés sobre los mensajes supuestamente borrados por los detenidos de las redes sociales que tienen su sede en aquel país. El fiscal norteamericano que examina el caso pidió más datos para poder defender la petición española ante un juez. La petición se hace a través de la magistrada de enlace de España ante las autoridades de EE.UU.

El delegado del Gobierno cree que esta fase de la investigación ya está cerrada

El delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, dio ayer detalles del caso durante una visita a Carballo, informa Toni Longueira. Con respecto al último detenido señaló que se trata «dun mozo, amigo dos anteriores [investigados] e pola información que se ten tampouco coñecía á vítima». José Miñones volvió a agradecer el trabajo de la Policía Nacional, en concreto, el de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de A Coruña

Miñones también hizo referencia a los supuestos mensajes borrados en los teléfonos móviles de los investigados y que podrían resultar claves en todo este procedimiento: «A Policía Nacional entregou a autoridade xudicial toda a documentación complementaria e pendente de presentar ante o Xulgado de Instrución número 8 da Coruña. Con iso cremos que se pode pechar esta fase da investigación. Veremos se ao longo das vindeiras horas hai algún acontecemento máis, pero a previsión e poder pechar esta fase da investigación ao longo da xornada de hoxe [por ayer]».

«A policía fixo o seu traballo»

Según Miñones, la Policía Nacional realizó su trabajo: «Puxéronse ás persoas a disposición xudicial, fíxose o traballo de poñer a disposición do xuíz toda a documentación do volcado dos teléfonos móbiles. E agora estamos a expensas do que nos diga o xuíz». El delegado del Gobierno también indicó que la investigación «segue aberta», de ahí que apelase a la prudencia, «porque o importante é pechar ben esta fase da investigación».

Los seis minutos fatales de Samuel

El detonante que terminó con la vida de Samuel Luiz fue una videollamada que la víctima y su amiga Lina hicieron a las 2.58 horas a la salida del pub Andén. Allí, Diego, que acababa de discutir con su novia Kathy, piensa que les están grabando y les amenaza con un «O paras de grabarnos o te mato, maricón». Comienza una primera agresión a Samuel, a la que se suma Alejandro. Ibrahima y Magatte, dos senegaleses que pasaban por el lugar, ven lo que está sucediendo y tratan de proteger al joven. Consiguen llevarlo hacia la caseta de salvamento de Riazor y tratan de huir, pero un grupo cada vez más numeroso de personas se unen a la paliza. A las 3.04 termina la agresión y Samuel cae herido de muerte a la altura del número 2 de la avenida Buenos Aires.

Después de la agresión mortal, parte del grupo se reúne en el parque Europa para acordar un pacto de silencio y orquestar su exculpación tras enterarse del fallecimiento del joven. En esa reunión hasta seis miembros del grupo reprocharon a Diego y Yumba la muerte de Samuel y lo que hasta entonces era una pandilla unida, se resquebrajó y se partió en dos, sobre todo, en cuanto la mayoría vio que sus rostros empezaban a aparecer en redes sociales como supustos autores de la agresión.

 


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