El día en que Rajoy se preparó sin saberlo para su propia moción de censura
Galicia
Como vicepresidente de la Xunta, fue el encargado de defender a Albor de la moción que convertiría a Fernando González Laxe en presidente. Treinta años después se la presentaron a él y recurrió a argumentos muy similares
09 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.
«Tendo en conta a degradación acelerada do Goberno da Xunta e do partido que debería apoialo, ninguén poderá acusar ao Partido Socialista de precipitación ou de aventureirismo político». Así defendía Fernando González Laxe la presentación de la moción de censura contra el Gobierno de Gerardo Fernández Albor a finales de septiembre de 1987, después de unos prolegómenos desastrosos para la frágil coalición que estaba en el Gobierno. La angustiosa investidura fue posible porque los socialistas no tuvieron éxito en las negociaciones con Coalición Galega (CG) en el Hotel Peregrino para lograr un Gobierno alternativo al de AP. Tuvo mucho que ver en esto aquella visita que Xosé Luís Barreiro Rivas hizo al presidente de CG, Antonio Díaz Fuentes, que le confesó que la mayoría de sus diputados preferían a Laxe como presidente. Barreiro le dijo que solo le faltaba cambiar la opinión de uno de sus diputados y presentar una moción de censura para que AP volviera al poder. El farol tuvo éxito y sirvió para que CG se abstuviera, logrando así Albor su investidura.
Esto ocurrió a principios de 1985, pero la fragilidad del Gobierno de Albor quedó en evidencia cuando los conselleiros, encabezados por el vicepresidente Barreiro, presentaron su dimisión en el consello de la Xunta del 30 de octubre de 1986 al no conseguir la renuncia del presidente, que se defendía así: «Mientras el Parlamento no me lo pida, yo no puedo dimitir». Esta situación dio lugar a la famosa frase del portavoz de Coalición Popular, Manuel Iglesias Corral, que explicó la inédita situación de un presidente sin Gobierno de esta forma tan peculiar: «Aquí pasou o que pasou e sabémolo todos».
Mariano Rajoy: «Al señor Albor y a los que hemos estado estos diez duros meses con él con el veneno dentro nos juzgará la historia, no los socialistas»
La petición parlamentaria a la que se refería Albor llegaría un año después con la moción de censura, pues el presidente resistió gracias al apoyo de Manuel Fraga y el desembarco en Galicia de Mariano Rajoy —que ya había sido diputado en la primera legislatura— como nuevo hombre fuerte y vicepresidente, con el encargo de articular una mayoría parlamentaria imposible. Precisamente fue Rajoy el que tuvo que defender a Albor en la moción, la primera que triunfaría en España y que convertiría a Laxe en el primer presidente socialista de Galicia, con 35 años recién cumplidos.
Lo que no sabía Rajoy es que esa defensa iba a ser un ensayo para la moción de censura que le presentarían a él en el 2018 y que terminó con su salida de la Moncloa. De hecho, la argumentación fue similar en ambas sesiones, a pesar de que había 30 años de diferencia entre ellas.
Comenzó preguntándole a Laxe por sus apoyos, pues en el inicio del debate no estaban claros, como de alguna manera sucedió en el 2018 con el PNV. También le preguntó si iba a situar a Barreiro de vicepresidente después de haber criticado al Gobierno de AP del que formaba parte. «Al señor Albor y a los que hemos estado estos duros diez meses con él con el veneno dentro nos juzgará la historia, no nos juzgarán los socialistas», dijo Rajoy en un perfecto castellano.