La Voz de la Salud

Laura Reviejo, dietista-nutricionista y farmacéutica: «Los niños pueden ir sin desayunar al cole sin ningún tipo de problema»

Vida saludable

Lucía Cancela La Voz de la Salud
Laura Reviejo es farmacéutica y nutricionista

La experta recuerda que el huevo es un alimento de excelente calidad: «Puedes tomar dos o incluso tres teniendo el colesterol alto»

29 Jan 2022. Actualizado a las 16:34 h.

«Somos lo que comemos», y casi podría añadirse, cuanto nos movemos. Laura Reviejo Tallón es licenciada en Farmacia y graduada en Nutrición Humana y Dietética. Ejerce, a medio camino, entre A Coruña y Zaragoza. Está especializada en problemas digestivos, en la cada vez más conocida Microbiota Intestinal, y en problemas hormonales, sin dejar de lado las asesorías en nutrición deportiva o de pérdida de peso. Se define como apasionada del trabajo, hasta el punto de seguir formándose sin descanso: «Estudiando y aprendiendo cosas nuevas», explica. En sus redes sociales dice «no» a los mitos y se compromete con ello en consulta: «Una de mis pacientes desayunaba sepia a la plancha con tomate», cuenta, y añade: «En el desayuno se puede comer de todo». 

—¿El desayuno es o no es la comida más importante del día?

—No, rotundamente no. El desayuno no es la comida más importante del día. De hecho, no hay una comida que se pueda considerar la más importante. Al final, dependerá de cada uno, de sus hábitos y su rutina, del trabajo, de las necesidades, del hambre, de la ansiedad o de sus horarios

—Entonces, ¿lo importante es lo que comamos a lo largo del día?

—Exacto. Importa lo que hayas comido durante la semana, y sobre todo, la calidad de los alimentos que incluyes en tus rutinas de comida. Es decir, debemos tener un menú semanal equilibrado, variado y formado por todos los grupos de alimentos. Por ejemplo, con el pescado, tenemos que ir cambiando entre blancos y azules.  

—Nuestros abuelos han insistido mucho en la importancia del desayuno, ¿de dónde salió esta idea?

—Sí, al final es lo que siempre se nos ha inculcado. Hay mucha base de nutrición obsoleta. Además, y esto a título personal, pienso que la industria alimentaria creó esos desayunos con galletas y cajas de cereales vendidos como ideales. Existe un peso a nivel publicitario muy importante. 

—Eso, y que en España tenemos mucho bagaje gastronómico difícil de cambiar. 

—Claro. Se ha insistido mucho en esa idea de desayunos con cereales. Entonces, yo creo que es algo cultural y arraigado desde hace mucho tiempo. Tal y como ocurre con los huevos, que se siguen calificando de malos para el colesterol. Es desinformación que no se ha trabajado, y al no haber nutricionistas en la sanidad pública o en los colegios, sigue habiendo vertientes obsoletas como esta. 

—Ahora bien, y para todos aquellos que quieren desayunar, digo yo que el desayuno perfecto sí existe, ¿no es así?

—Tampoco. No lo hay, aquí lo que importa es la ingesta diaria. Un desayuno perfecto puede ser un cuenco de frutas con yogur, unas tostadas de un pan integral con tomate, aguacate y un buen jamón serrano. También lo es un batido de frutas con yogur y cereales, o una tortilla con espinacas y gambas. Al final dependerá de la actividad que vayas a hacer después. 

—Hace unos años se hizo viral un niño que desayunaba garbanzos, ¿sería esto correcto?

—Claro. Desayunar garbanzos es perfecto. Lo que importa es la calidad. Así que si se trata de un niño que después se irá toda la mañana al colegio, un plato de garbanzos, con tomate y una pieza de fruta sería un desayuno muchísimo mejor que un vaso de colacao con galletas. 

—¿Y los niños podrían irse sin comer al colegio?

—Los niños pueden ir sin desayunar al cole sin ningún tipo de problema. Eso sí, siempre y cuando estén sanos y el resto de su alimentación sea buena. Hay niños que por la mañana no tienen ganas de desayunar. No hay que forzarles. Después, a media mañana se les puede dar su fruta con un bocata, fruta y frutos secos, o un yogur con fruta y listo. Mientras su ingesta diaria sea saludable, no le faltará energía, ni fuerza, ni absolutamente nada. 

—Unos cuantos padres y madres se quedarán boquiabiertos, ¿y por qué hay gente que no tiene hambre a primera hora?

—Por muchas razones. Puede ser que hayan hecho una cena muy fuerte, o que por rutina estén acostumbrados a no comer. Y después, también es un tema hormonal. Por ejemplo, hay gente que descansa muy bien y sus picos de cortisol, involucrado en la sensación de hambre, están muy bien controlados. 

—Entiendo por lo que cuenta que, si dormimos mal podemos tener más hambre al día siguiente. ¿Es normal la típica gula por dulce que entra después de una mala noche de descanso?

—Sí. Es cuestión de los ciclos de vigilia, de sueño y de los ciclos circadianos. Sí que es cierto, que los humanos biológicamente desde hace muchos años, tenemos una serie de rutinas que se mueven en torno a la luz y al Sol. La gente que trasnocha mucho tiende a tener ciclos de vigilia y sueño más descontrolados. Por su parte, el cortisol se eleva sobre las seis de la madrugada, y al tenerlo alterado, cuando esa persona se despierta puede tener más ansiedad, más hambre o mayor necesidad de dulce. Por lo que si no descansas bien y no duermes las horas suficientes, tendrás mayor descontrol hormonal y sobre todo, más necesidad de dulce al día siguiente. 

—¿El deporte sin desayunar es apto?

—Sí, se puede practicar ejercicio en ayunas sin problema. Además, tu cuerpo con el paso del tiempo se va adaptando al uso de distintas fuentes de energía. De hecho, en casos de deportistas de alta resistencia, se hacen adaptaciones de entrenar en ayunas para después poder tener más reservas de energía en las tiradas largas. No hay problema, siempre y cuando la alimentación sea equilibrada. Es más, no solo se ha de tener en cuenta lo que comes antes y después de entrenar, sino cuando no estás entrenando. Yo preparé una maratón corriendo 30 kilómetros sin desayunar. 

—Hablando de esta primera comida y sus integrantes, ¿usted es del equipo zumo o del equipo fruta entera?

—Yo soy del equipo que prefiere la fruta entera y masticada. Cuando haces un zumo, metes más piezas que las que comerías si tomases la fruta. Además, dejas la fibra, su composición básica, en el exprimidor por lo que ingieres un azúcar más libre y pierdes la saciedad, porque lo bebes. Lo bueno de la fruta es comerla con su piel, bien lavada, con su dosis de fibra y masticada. De esta forma, al cerebro le llega la sensación de que estás masticando algo y genera esa saciedad. 

—Momento para el café, ¿es tan malo como se pinta?

—Un buen café de grano, recién molido, de calidad y que no lleve azúcares añadidos es un alimento súper sano. Tiene muchísimos antioxidantes y cafeína, por lo que tomar uno o dos cafés al día no es ningún problema. Hay ciertas personas que por determinadas patologías digestivas les puede sentar mal, pero normalmente el café es bueno.

—¿Cuál es el mejor momento del día para tomarlo?

—Lo importante es que, si nos altera, no deberíamos alargarlo a la tarde o a la noche. Por la mañana se puede consumir sin problema a cualquier hora, aunque sí que es cierto que se ha visto que puede tener mayor efecto a las doce del mediodía, más o menos, por una serie de factores hormonales que hacen que la ayuda del café sea mayor. 

—Mucha gente elimina el gluten de su dieta sin prescripción médica o celiaquía, ¿es un error o un acierto?

—No tiene sentido. Debemos quitar el gluten cuando haya una causa real para hacerlo, que puede ser una enfermedad celíaca, una patología digestiva o en algunos casos de hipotiroidismo autoinmune, en los que habría que valorar si reducirlo o eliminarlo. De manera general, siempre y cuando consumas un buen pan, o unos buenos cereales, el gluten no es un problema. Es más, en ocasiones la gente dice adiós a un pan de masa madre de espelta (que tiene gluten) y elige uno de peor calidad, envasado y lleno de edulcorantes y aditivos. 

—¿Puede causar problemas digestivos una vez se quiera reintroducir?

—Claro. El gluten es una proteína presente en determinados tipos de cereales. Por ejemplo, la proteína que lleva el trigo, que es la gliadina, es la más lesiva, y por ello ciertas personas pueden sentir mejoras al quitarlo. Lo que ocurre es que al comerlo de nuevo, genere cierta inflamación. Nuestro cuerpo se adapta a comer de manera determinada. A veces pasa lo mismo con los lácteos. La gente los saca, y después de dos años sin tomarlos, los comen y les sientan mal. Esto ocurre porque tu cuerpo no ha tenido la necesidad de crear enzima lactasa para poder predigerirlos. 

—¿Está relacionado con la microbiota intestinal? La flora se genera a raíz de lo que vamos comiendo, y al cambiar de dieta se ha comprobado que puede verse alterada. 

—La microbiota se renueva, aproximadamente, cada cuatro o cinco días. Según lo que vas comiendo, se va adaptando. Por lo que, si comes sin gluten, tu microbiota se adaptará a no usar determinados bichitos para adaptar los componentes que lleva el gluten. Aquí se puede ver involucrada una adaptación de la microbiota, una adaptación enzimática y una adaptación del sistema digestivo en general. 

—Hablaba antes del mito del huevo y del colesterol, ¿es un alimento con mala fama?

—Sí, porque los huevos son buenísimos. Puedes tomar dos o incluso tres teniendo el colesterol alto. Si bien es cierto que la yema tiene unos 200 miligramos de esta sustancia, también es verdad que el ser humano la necesita. Es una grasa muy importante, sobre todo para el correcto funcionamiento del sistema hormonal de las mujeres. El problema reside en la persona que se come el huevo frito, con la panceta y el chorizo.

—¿Existen los superalimentos?

—Yo no creo en ellos. Sí que es cierto que hay determinados alimentos como puede ser el brocoli, que tienen antioxidantes, sulforafano, fibra, y es un vegetal estupendo, por eso es interesante añadirlo. Pero los superalimentos no existen, yo creo en la superdieta. 

—Por último, usted está especializada en patologías digestivas, ¿es normal tener gases después de cada comida?

—No, tener gases no es normal, solo en momentos concretos. Pero no es normal que una persona siempre tenga gases, esté constantemente hinchada, se inflame después de comer o tenga diarrea o estreñimiento con asiduidad. Eso significa que hay algo que no funciona bien.  


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