Paula Butragueño, entrenadora personal: «Hacer ejercicio sin preparar la respiración es como intentar arrancar un coche sin pasar la ITV»
Vida saludable

Conocida en redes como Pau Inspira Fit, cuenta su experiencia combinando diferentes disciplinas deportivas, entre ellas, el yoga y el «running»
24 Aug 2022. Actualizado a las 13:41 h.
Paula Butragueño (@pau_inspirafit) era una ingeniera de caminos que dio un cambio radical a su vida para convertirse en entrenadora personal, lo que hasta ese momento era su segunda profesión. Ahora es influencer de hábitos saludables, y con 127 mil seguidores en Instagram, hace que el running sea algo más. Mezcla la atención plena con cada zancada, y apuesta por el yoga o el pilates como disciplinas transversales.
—Usted empezó con el running, y después añadió el mindfulness. ¿Cómo es posible? A priori parecen dos actividades que se llevan mal.
—Para mí, el deporte siempre había sido una herramienta de desconexión con la que soltar la tensión del día a día y las preocupaciones. Para desconectar. En cambio, el mindfulness fue todo lo contrario porque lo necesité para conectar conmigo misma. Así que al final, cuando lo ves desde dentro, te das cuenta de que sirve para aplicarlo a la vida en general, no solo para el rato que meditas. Y así me di cuenta de que correr y el mindfulness no podían ser dos cosas separadas. Comencé a aplicar la filosofía de atención plena a la carrera.
—¿Y cómo fue? No eras nada nueva en el running.
—Pues no, pero mejoré un montón en todos los niveles. Tanto mis sensaciones físicas, como la respiración y la consciencia corporal. Me ayudó a cambiar la forma en la que lo hacía. Ahora me paro, y antes de salir a correr, analizo la intención de la carrera, pienso en cómo lo voy a trabajar, cómo preparar la musculatura respiratoria con unos ejercicios previos, y me ayuda a ir más consciente. Es una nueva forma de enfocarlo.
—Muchos dicen que empiezan a correr por motivos físicos, y que se enganchan por los emocionales. ¿Está de acuerdo?
—Totalmente. Para mí, correr tiene más beneficios emocionales que físicos. De una forma brutal. Correr tiene esa parte de liberarnos del estrés, de las frustraciones del día a día, de producir endorfinas que nos hacen sentir más felices y capaces de todo. Por ejemplo, sé que mejora muchísimo la autoestima. Y después, es un momento para estar conmigo misma. Por eso siempre digo que me compensan los motivos emocionales, porque al fin y al cabo, correr en sí no es lo mejor para el cuerpo, sino que hay que regularlo, y combinarlo con otros deportes.
—Usted es entrenadora de varios grupos de running colectivos, ¿cómo percibe las sensaciones de la gente que le acompaña?
—Todo el mundo piensa igual y te habla de la sensación de superar ciertas barreras iniciales, que al principio cuesta, pero cuando se consiguen la satisfacción es muy grande. Les termina enganchando hasta el punto de que sin ello no están bien. Una de las mayores satisfacciones como entrenadora es ver que la persona ya no me necesita porque sale a correr por ella misma.
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—Más allá de correr, también pone en práctica el yoga y el pilates. ¡Incluso los mezcla!
—Sí, con los yoguilates. Eso fue un concepto que surgió en el confinamiento, para hacer una sesión más lúdica con la gente. Creo mucho en el equilibrio entre las diferentes disciplinas, sobre todo, porque el cuerpo, para mí, necesita tres cosas. Por un lado la fuerza muscular, por otro la resistencia cardiovascular, y por otro, la movilidad. Cada disciplina favorece una de esas capacidades, y no creo que valga trabajar solo una y no la otra. De ahí que yo mezcle entrenamientos de fuerza, con otros de movilidad como el yoga, con otros de resistencia con el running, y por último, con el pilates, que depende de cómo lo ponga en práctica pueda ser fuerza o movilidad.
—Uno de los principales beneficios que ofrece el yoga es el control de la respiración.
—Así es. Para mí es algo imprescindible en mi bienestar. Por un lado, por el efecto que tiene sobre el sistema nervioso. Por ejemplo, una respiración más agitada o rápida termina activando el sistema linfático, lo que te lleva más al estrés, y una respiración pausada y lenta, por la nariz, te conecta mucho más y activa el sistema parasimpático que induce más a la relajación. El problema de hoy en día es que estamos mucho más en esa respiración corta, agitada y más pobre. Una respiración en la que no usas toda tu capacidad pulmonar, ni estás produciendo el intercambio de oxígeno que necesitas para estar bien, tanto física como mentalmente. Por eso lo primero que hago en cada práctica es preparar la respiración acorde a lo que vamos a hacer. En yoga, por ejemplo, hacemos la respiración ujjayi, en la que inhalas y exhalas por la nariz, de forma lenta, sonora, profunda, y activando la conexión del cuerpo y la mente.
—¿Y para un entrenamiento de alta intensidad?
—Ahí la cambio. A lo mejor hago exhalaciones forzadas, o hago un ejercicio de activar más el diafragma, o la parte baja del abdomen para conseguir después más cantidad de oxígeno, y mayor intercambio de este durante el entrenamiento. Para mí, ponerte a hacer ejercicio sin preparar la respiración es como intentar arrancar un coche sin haber pasado la ITV. Cambia la eficiencia del entrenamiento, la eficacia y hasta las sensaciones.
—¿Puede ser una de las razones por las que mucha gente sufre con el running?
—Totalmente. La gente dice que sufre corriendo. Esto es, en primer lugar, porque se lanzan a ello sin más, sin preparar el cuerpo, la respiración. Y después, porque respira mal o por encima de sus posibilidades. Va un ritmo acelerado, y al final, la respiración es un regulador. Es más, para todo el mundo sería más fácil encontrar su ritmo si pudiera correr manteniendo una conversación.