Los dueños de los pubs, abiertos a dialogar con los vecinos
Lemos
«De esto dependen setenta familias», dicen los hosteleros de Duquesa
25 Aug 2011. Actualizado a las 06:00 h.
Las perspectivas de un endurecimiento del control administrativo sobre los pubs de la calle Duquesa de Alba inquietan a los propietarios de unos negocios ya vapuleados por una pérdida de clientes acelerada en los últimos tiempos. Los industriales integrados en la asociación creada para representar a este sector del ocio nocturno monfortino se reunirán el viernes para decidir qué hacer ante lo que se avecina si, como parece probable, el Ayuntamiento declara en esta calle la primera zona acústicamente saturada del sur de la provincia de Lugo.
«El de la marcha es el único reclamo que hoy por hoy trae gente a Monforte y eso es algo que hay que tener en cuenta, igual que hay que saber que de esto dependen unas setenta familias», afirma Roberto Eireos, el actual presidente de la asociación. Este colectivo representa a nueve de los diecisiete establecimientos de hostelería con horario de pub que funcionan actualmente en Duquesa de Alba.
El viernes, reunión
Hasta que se celebre la reunión del viernes, no habrá una posición oficial de la asociación sobre los últimos acontecimientos, incluida la ofensiva del Valedor do Pobo contra los ruidos nocturnos o las multas impuestas a algunos locales por el Ayuntamiento. De todas formas, tratarán de hacer valer su condición de negocio que mueve una cantidad considerable de dinero y que mantiene un número de puestos de trabajo nada despreciable, y menos en estos tiempos. Con esos argumentos a su favor tratarán de buscar un acuerdo entre todas las partes implicadas en este problema. Es decir, entre ellos, los vecinos y el Ayuntamiento. Eireos dice estar convencido de que hay margen de sobra para que todos se pongan de acuerdo.
«Yo además de tener un local en Duquesa también vivo en esa calle y sé que los vecinos tienen sus razones para quejarse», admite. Los hosteleros admiten problemas de ruido, pero creen que se les demoniza por cosas que no están a su alcance. Por ejemplo, dice el presidente de la asociación, ellos no pueden hacer nada contra el ruido que puedan montar los clientes cuando están en la vía pública o con los coches que pasan por la calle a pesar de las vallas instaladas por la Policía Local para cerrarla al tráfico durante las noches del sábado al domingo y en festivos en los que se prevé mucha aglomeración de gente.
Seguridad privada
Roberto Eireos revela que él y sus colegas llegaron a pensar en contratar seguridad privada, pero tuvieron que desistir. «No se nos dejó, porque había que cerrar la calle y hacer otras cosas que en conjunto nos saldrían por 2.000 euros cada noche», explica.