La hostelería se encomienda al «take away»

La hostelería de la ciudad superó este primer fin de semana con más nervios casi que cuando abrieron por primera vez sus locales. Habían cerrado ya durante el confinamiento, pero esta vez son el principal sector afectado por las restricciones y han tenido que adaptarse a contrarreloj para intentar minimizar el impacto que supondrá 30 días sin abrir sus puertas. «Se están empezando a sumar al servicio a domicilio, pero todavía queda muchos que clarificar con la Seguridad Social y con los ERTE», señala Elena Vitoria, de Hoempo, que reconoce estar readaptándose a marchas forzadas: «Esto no es cosa de un mes. Estos servicios han venido para quedarse». Las cafeterías son las que más están sufriendo este cierre porque vivir solo de cafés para llevar es complicado, pero los restaurante y bares apuran las negociaciones con plataformas como Uber o la grovense Caylu, la preferida entre los hosteleros de Pontevedra. «Ha sido un fin de semana raro, el viernes vinieron muchos amigos a despedirse y el sábado fue para recoger con esas mismas ganas de ayudar», explica Jacobo Rivas, del Envero, que al igual que La Quesera y otros locales de la ciudad todavía comenzarán con el servicio a domicilio la próxima semana. Por ahora todos se han apuntado al «take away».

«Iré vendiendo algo de stock para hacer liquidez y en unos días comenzaré con las catas telemáticas», asegura Esteban Pampín, de La Quesera. Las alternativas para no asfixiarse empiezan a coger ritmo entre la hostelería de la ciudad.

Los cambios de la hostelería ya se empezaron a notar en estas primeros días de cierre, pero si hay algo en lo que coinciden todos los profesionales es en cómo sobrevivirán entre semana y cuando ya se hayan cumplido tres semanas de restricciones.