El rocío y las vides altas, más proclives a los hongos
Sociedad
Científicos del CSIC investigan las enfermedades de las viñas
11 Feb 2014. Actualizado a las 07:00 h.
Los hongos responsables del mildiu, oidio y botrytis, tres enfermedades de la vid, son los que más pérdidas ocasionan a los viñedos gallegos y, en general, a los de toda España. Para intentar paliar estos efectos o mejorar los tratamientos, el grupo de viticultura de la Misión Biológica de Galicia del CSIC, bajo la dirección de la investigadora Carmen Martínez, está llevando a cabo un estudio con la financiación de la Fundación Juana de Vega que pretende desentrañar cómo actúan estos hongos en las cinco denominaciones de origen que hay en Galicia.
Y ya hay resultados. Los presentaron en Santiago y aunque el proyecto científico seguirá hasta el 2015, los investigadores ya han concluido que el denominado botrytis es el que presenta mayor concentración de esporas en el aire, y que incluso son hongos casi antagónicos, es decir, cuando hay mayor concentración de botrytis, menor de los otros. Además, en las vides altas se registra una mayor concentración que en las plantadas a ras de suelo, mientras que el punto de rocío es un elemento clave para la aparición del hongo, más que la lluvia. Con todos estos parámetros y los que seguirá estudiando el grupo de investigación, los viticultores tienen algunas armas con las que enfrentarse a los tratamientos, «en función del punto de rocío o por ejemplo en un viñedo en el que vemos que el hongo tiene más incidencia por tener un microclima más húmedo, se aplicará más tratamiento», señala Carmen Martínez.
Ahora, la agresividad
Los expertos del grupo de investigación de viticultura del CSIC se centrarán ahora en comprobar qué razas, dentro de cada uno de los hongos, son más agresivas con las vides. De hecho, del oidio, por ejemplo, solo detectaron una raza en todas las denominaciones de origen; en el caso del botrytis se halló una raza común en las cinco denominaciones y otra que solo está presente en la de Rías Baixas; mientras que en el caso del Mildiu aparecieron cinco razas diferentes para cada denominación. Los científicos analizarán el nivel de agresividad de cada una de las variedades para mejorar los tratamientos y que sean más localizados, lo que también disminuirá el impacto ambiental. El proyecto finalizará en el 2015 y los resultados se trasladarán al sector vitivinícola gallego a través de diversas jornadas de difusión. También colaboran Bodegas Terras Gauda (D.O. Rías Baixas), Adegas Moure ( Ribeira Sacra), Virxen de Galir (Valdeorras), Pazo Casanova (Ribeiro) y un viticultor particular, Félix Estévez.