La Voz de Galicia

Manuel Varela: «É precipitado abrir en xuño»

Sociedad

f. rodríguez /  carballo / LA VOZ m. rodríguez carballo / LA VOZ

El gerente del restaurante Mar de Ardora triunfa en la red con sus dos canciones «coronavíricas»

28 Apr 2020. Actualizado a las 05:00 h.

En los momentos difíciles, la música siempre ha funcionado como la mejor terapia. El responsable del restaurante Mar de Ardora en Cabana de Bergantiños, Manuel Varela, lo sabe bien. Mientras su local está cerrado por la crisis sanitaria que vive el mundo, le dedica más tiempo a una de sus aficiones, la música. Y lo cierto es que se le da muy bien. Este mes, con sus guitarras y su voz, lanzó dos temas en la red: «Queda na casa, pandemia blues» y «Coronavirus rap, Costa da Morte style». Rápidamente se han vuelto virales, con más de 2.000 interacciones en el Facebook del negocio.

El éxito de los hits pasa por su buen ritmo y sus letras cargadas de mucho humor y crítica en relación a la situación que vivimos. Están pegadas a la más inmediata actualidad. Así, hablan de los bulos, el desprecio hacia los sanitarios, la mala gestión del Gobierno, así como la irresponsabilidad de los ciudadanos. Pero, también, de que una vez que todo pase, habrá que ayudarse entre vecinos y tirar del comercio local. En este grupo se encuentra él y su restaurante Mar de Ardora, que desde el año 2012 cuenta con la distinción de Bib Gourmand, esto es, que ofrece una excelente experiencia gastronómica y un buen servicio a un precio moderado.

Como los demás hosteleros de la zona y otros muchos establecimientos de atención al público, que se prevé que serán los últimos en retomar la actividad, Manuel ya ha empezado a divisar ese futuro próximo del que se habla con más reducción de aforo en el local, mamparas de metacrilato y demás medidas para evitar el contagio del covid-19. Y lo cierto es que nada de lo que se dice le gusta. Así lo comentó en los micrófonos de Radio Voz Bergantiños ayer: «No meu caso, penso que é precipitado abrir a principios de xuño, porque salvo que haxa un milagre e exista xa unha vacina, as persoas, aínda que este domingo se viu que teñen ganas de saír a fóra, teño as miñas dúbidas respecto a que queiran estar encerrados nun local todos xuntos. O medo vai quedar aí por unha tempada». Ese fue uno de los principales motivos que alegó, pero tiene más. «Nós [por él y su mujer] temos catro empregados, que con nós xa son seis. Se abrimos, necesitamos xente dentro, porque senón é un desastre. Queremos a tranquilidade de que imos poder traballar medianamente normal, e non sei como vai ser iso», añadió.

Estaba siendo un año «moi bo»

Mar de Ardora es un local pequeño, cuenta, en el que la mayor parte de la actividad, debido a su situación geográfica, se concentra en el fin de semana; características ambas que aún complican más esta situación. En este sentido, asegura que estaba siendo un año «moi bo».

Pero Manuel, que reside en Ponteceso, todavía encuentra otro hándicap: «Somos latinos, gústanos estar coa xente. Entón, iso que empezas a ver por aí de persoas separadas por un metacrilato… comer con máscaras... Non sei eu se iso vai funcionar no noso país. Temos que esperar que nos poidamos adaptar a esas novas cousas», a lo que añade: «Igualmente, isto pode funcionar en locais que dan o menú do día, nos que vas correndo comer e marchas, pero nun sitio ó que vas para gozar da comida, é complicado». Así, pues, concluye diciendo: «Hai moito no que pensar e moito no que traballar en relación a todo isto».

Y es que son infinitas las incógnitas, señala: «Despois tamén está o tema dos ERTE. Cando regrese o persoal, ímoslle ter que pagar cando non imos saber se o necesitamos». Habla, en general, pues en su caso, ya dice, que desde luego nunca se le pasó por la cabeza despedirlos después de la pandemia: «Levan toda a vida con nós», comenta.

Si algo tiene claro Varela es que «nunca vai ser unha volta á normalidade como a de antes», porque «non sabemos se o virus vai volver, se virá máis forte», dice. Y como ya mencionó antes, señala que esto no solo afecta a su sector sino a todo «o mundo», si bien es cierto que conoce el caso de «un par» de hosteleros, amigos suyos, que ya se quedaron atrás al no poder hacer frente a gastos como el alquiler de los establecimientos sin recibir ingresos.

Con todo, el gerente de este restaurante no pierde el optimismo y dice en referencia a sus temas musicales: «Non nos queda outra que bailar e rirnos».


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