La Voz de Galicia

«Al encontrar la urraca llamamos al Seprona, y ni caso»

Vigo

b. r. sotelino b. r. sotelino vigo / la voz

El ave incautada por la Policía Local vivía con el barbero de la calle Carral

22 May 2014. Actualizado a las 09:47 h.

Pedro Fernández, el propietario de la barbería de la calle Carral, está desolado. El verano pasado se hizo cargo de un polluelo de urraca que encontró un amigo de su hijo a los pies de un árbol en Castrelos. «Llamamos al Seprona y a un centro de recuperación de aves que hay cerca de Redondela y ninguno nos hizo ni caso», recuerda. Como no sabía qué hacer, se la quedó. La crio y le construyó una jaula en el negocio donde el profesional pasa la mayor parte del día. La urraca, que bautizó como Lola, se convirtió en la atracción de la zona. Pero el pasado lunes, tras una denuncia de un ciudadano, la Policía Local se la incautó al carecer de papeles que acreditasen su procedencia legal y la enviaron al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cotorredondo. El barbero está doblemente disgustado. Por una parte, la policía le informó de que por su acción puede recibir una multa de hasta 3.000 euros. Por otra, por perder a su simpática mascota alada que soltaba a determinadas horas por su tienda y cogía cigarrillos y billetes al vuelo. «Le salvamos la vida, la cuidamos bien, con vitaminas y todo», cuenta.

El barbero asegura que su intención era liberarla, «pero un veterinario me dijo: «Si la sueltas se va a morir». Y yo no quería que le pasara nada malo porque le cogí mucho cariño. Tengo un disgusto enorme», afirma. «Cuando la cogió la policía, Lola se ponía encima de mí, escapando», añade. Fernández solo pide ahora «que la cuiden. Les dijimos que cuando la pongan en libertad nos avisen para ir. Lo que pasa es que cuando Lola me vea se querrá venir conmigo», intuye.

El problema en el que sin querer hacer daño a nadie se ha metido Pedro Fernández tiene difícil solución. Según explica Antón Lois, portavoz de Amigos da Terra, según la ley de protección de la naturaleza, ninguna especie de fauna silvestre puede ser tenida como mascota a no ser que haya sido criada en cautividad o con autorización específica para cetrería o cría de aves cantoras.

Si alguien se encuentra una especie protegida o en peligro de extinción el Centro de Recuperación de Cotorredondo se ocupará de ella. Pero si no lo es, como la urraca, la gaviota o la paloma, no se hacen cargo. «No tienen ni medios ni recursos para ello y es responsabilidad de la Xunta decirlo claramente». Lois indica que un animal criado en cautividad es ya irrecuperable para vivir en la naturaleza. En resumen, el mensaje que para el experto se da al ciudadano es que «la sensibilidad con los animales se penaliza».


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