El sueño de Mari Carmen de ver a Melendi se hará realidad en Ponferrada
Vigo
La mujer con problemas de movilidad que no pudo acceder en Vigo al artista que «le salvó la vida» lo verá hoy con su pareja y su hijo
07 Sep 2024. Actualizado a las 23:59 h.
Ver a Melendi en un concierto era el sueño de Mari Carmen Campos y todo indica que esta noche se va a cumplir. Tras contar en La Voz su odisea frustrada para ver a su ídolo en el auditorio de Castrelos el pasado 17 de agosto, la emisora local Radio Vigo se hizo eco de la historia que la mujer, natural de Mos y de 57 años de edad, le contó al periodista Alejandro Martínez. «Me llamaron ayer del programa de radio y me ofrecieron tres entradas para el concierto que dará este sábado (por hoy) en Ponferrada», explica, emocionada y apurada, ya que nunca pensó que iba a estar haciendo las maletas para asistir a uno de los espectáculos del artista asturiano.
Mari Carmen tiene previsto salir por la mañana en coche. La acompañará su hijo, Antonio José, de 17 años, y su actual pareja. Tras el concierto regresarán de nuevo a Vigo. No se pueden permitir quedarse a dormir, reconoce la mujer. Espera hacer el camino de vuelta con el sueño cumplido y si fuera posible, acercarse a su ídolo, saludarle, abrazarle y que sepa todo lo que significa para ella, que no es poco, ya que la obsesión de la mosense por este cantante no viene de la nada.
Campos confiesa que una canción de Melendi la aferró a la vida en malos momentos. «Déjala que baile me salvó», asegura añadiendo que significa mucho para ella ese tema que pertenece al disco Ahora, que por otra parte, es el único CD que tiene del artista. Lo compró en la feria de Padrón hace mil años con los 20 euros que le prestó una amiga, porque ella no tenía dinero suficiente «y lo sigo llevando a todas partes», afirma. «Mi hijo se ríe porque dice que las canciones que canta ahora Melendi no las conozco, pero a mi no me importa, me las sé a medias, pero me encanta».
Carmen padece una minusvalía y se mueve en silla de ruedas. Esa circunstancia es la que le impidió acercarse si quiera un poquito a su pequeño sueño. Con las entradas agotadas en tiempo récord, y al no poder pagar los precios astronómicos que se ofrecían en la reventa, decidió acudir con tiempo al recinto de Castrelos y al menos, seguir la actuación desde la zona gratuita. Llegó a las doce del mediodía, diez horas antes de la actuación. En la entrada del parque se llevó la primera bofetada. No le dejaban pasar unos vigilantes porque solo lo podían hacer las personas invitadas a una boda que se estaba celebrando en ese momento en el pazo. Al final les convenció y entró con su vehículo adaptado, y al mismo tiempo vio cómo en el área de estacionamiento había vehículos ocupando las plazas para personas con movilidad reducida sin tener la correspondiente tarjeta. Aún así, su pareja se hizo un hueco y bajaron del coche para dirigirse a la zona de libre acceso y esperar el comienzo del espectáculo. Pero no fue posible.
La barrera formada por el público fue infranqueable. Fue incapaz de abrirse hueco en su silla de ruedas entre una multitud que, lejos de ayudarla para llegar a un espacio desde donde divisar medianamente el concierto, le ponían trabas: «Me decían que no les pisara la toalla», contaba en La Voz. En vista de que le resultaba imposible seguir avanzando, no le quedó más remedio que darse la vuelta y regresar a su casa, desde donde disfrutó de la propina, las imágenes y vídeos que su hijo, que sí se quedó, le fue enviando desde allí.
La fan número uno de Melendi está muy agradecida a los medios de comunicación que la han ayudado a cumplir su deseo, pero no entiende las críticas que ha recibido en las redes sociales en las que le han echado en cara «cosas que nunca dije, yo ni he hablado de política ni he pedido nada, solo he expresado la frustración que sentí porque tenía muchas ganas de verle», asegura la mujer, que está a unas horas de Melendi.