La cantante, que ha redoblado su discurso feminista con el sencillo «Gitanas», llega mañana a las fiestas do Apóstolo
26 jul 2018 . Actualizado a las 11:37 h.Deslumbra. No hay más que ver la fotografía que acompaña esta entrevista para darse cuenta que La Mala Rodríguez tiene ese aura que solo poseen estrellas. «Me gusta divertirme y no tengo muchos complejos», dice respecto a su particular modo de mostrarse al mundo. «Al final del día son pocas cosas las que importan. Tenemos que sonreír más», añade. Mañana sus seguidores dibujarán una sonrisa en Santiago (praza da Quintana, 22.00 horas)
-¿Qué estrellas le deslumbraban cuando empezó a cantar?
-Tina Turner, Madonna, la Lole, Camarón, Pink Floyd, Supertramp, Rocío Jurado, Lola Flores... Me gusta lo auténtico, lo que se siente.
-Hay una tendencia en el pop que antes solo miraba a lo anglosajón de ahondar en las raíces. Usted es una pionera. Rapeó con acento andaluz y dejando claro de donde venía desde el principio. ¿Pensaba en ello entonces?
-Siempre he querido descubrir qué tengo dentro y compartirlo. Cuando se acaba la música y se cierra el telón, una se pregunta ¿quién soy? Es importante que un artista se conozca y muestre lo que tiene en su corazón. Esto es lo más puro. Es lo más difícil. Siempre puedes imitar o copiar algo que funciona, pero para mí lo honesto es que la música brote de ti. Este es el trabajo que no se aprende, con el que todos nacemos y nos hace únicos. A todos.
-Su nuevo tema se titula «Gitanas». ¿Por qué se ha fijado en ellas ahora?
-Gitanas celebra la lucha de la mujer y hace homenaje a las gitanas que no han esperado la revolución feminista para ser valientes, aunque nunca se las aplauda porque la revolución siempre la manejan las clases altas. Esta canción me sitúa en mi tierra, rodeada de las mías. Vivimos momentos de camaradería muy necesarios y quería celebrarlo.
-No es la primera vez que saca las uñas para reivindicar el papel de la mujer. ¿Considera que es algo imprescindible como artista?
-Comencé a escribir Gitanas gracias a una carta que recibí de una mujer chilena, madre de una chica asesinada a manos de su pareja. Me contó su historia y sentí mucha impotencia que me llenó de fuerza también. Imagínate lo importante que es ser un artista y estar conectado con la realidad que vive tu público.
-En este 2018 parece que se ha marcado un punto de inflexión en la lucha feminista en todos los ámbitos, incluido el musical. ¿Qué piensa?
-Yo pienso que nos asusta la palabra radical pero solo dinamitando la raíz podemos destruir un sistema injusto. La igualdad es un derecho y hay que decirlo bien alto. No podemos ser parte del statu quo. Los cambios no se consiguen pidiendo permiso.
-Todo ese poderío estalla en los directos. ¿Cómo se siente actuando?
-Cuando estoy en un escenario y con un micro me siento libre.
-¿Qué mensajes le llegan de sus fans cuando leen cosas como esta?
-Cosas muy bonitas. Es algo maravilloso.
-Hace un par de días escuché «Lujo ibérico», su disco de debut. Me sorprendió lo desafiante que suena 18 años después.
-Todas esas letras son partes de mí. Me identifican y me liberan. A veces entiendo algunos versos mucho después de haberlos escrito.