A cada verano su bañador. El flamenkini, ese híbrido entre un traje de baño y un top con los hombros al aire (volantes incluidos), rompió moldes en el 2016. El año pasado fue el momento de correr por la playa a lo Pamela Anderson en Baywatch con un bañador rojo de tiro alto. Y este, el del 2018, será recordado como el verano más salvaje: el del bañador de leopardo. El estampado felino anda suelto por las playas gallegas. Tranquilos, no hace daño y se alimenta a base de likes en las redes sociales. El modelo es una consecuencia del furor por los estampados animales de las firmas de moda: de las rayas blancas y negras tipo cebra al estampado de pitón. Y esto es solo el principio. Ahí estaba Marta Ortega hace unos días en el concurso de Casas Novas provocando una avalancha de mensajes de WhatsApp en los que la gente se preguntaba de dónde sería su conjunto de serpiente en color tostado. En la moda baño, el bañador felino es el rey. Entre los favoritos, un modelo de H&M con un corte muy similar al bañador de Pamela Anderson de los 90, y que lleva semanas agotado. Los hay con escote corazón de la nueva colección de Zara. Entre las fans de este estampado tan animal está la gallega Lucía Bárcena (@luciabarcena). De las playas de Tulum a las de Ibiza, en su maleta (casi) siempre hay un bañador muy felino. Otra instagramer con alma salvaje es la valenciana Marta Lozano (@martalozano), con la combinación perfecta: el turquesa del agua de Formentera y un bañador de leopardo de Lia Swimwear. El efecto animal print, que la cantante Amy Winehouse convirtió en una de sus señas de identidad, está dispuesto a seguir dando guerra todo el verano.