El viento arrancó chapas de fachadas y tejados en varias localidades
07 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Por el volumen de incidencias contabilizadas, sin duda alguna la caída de árboles sobre la red viaria secundaria fue una de las consecuencias principales del Qumaira, que ha llegado a alcanzar rachas de 133 kilómetros por hora en Burela. Los servicios de mantenimiento de carreteras de la Xunta, los efectivos de Protección Civil y el personal de la Diputación han tenido que realizar decenas de salidas para cortarlos y retirarlos de la calzada, permitiendo así su apertura al tráfico. En Cervo Protección Civil sacó al menos quince en viales de Seixo (Castelo), y en las carreteras Castelo-A Senra, Viladesuso-Sargadelos, Gondrás-O Castelo, Ríocovo-San Cibrao y Cervo-A Senra.
Las brigadas de la Xunta acudieron a la LU-151 (San Acisclo-Fazouro) al menos en tres o cuatro ocasiones; a la LU-162 (Moucide); a la LU-132 (Lourenzá-Trabada); a la LU-124 (Mondoñedo-A Pontenova) y a la LU-152 (Ferreira-Foz) a retirar una señal. Además, la brigada compartida con la zona de Xermade atendió otra incidencia provocada por un árbol en la LU-540 (Viveiro-Cabreiros). En Barreiros Protección Civil también retiró siete árboles en Celeiro, Insua y Remior.
A la vista de esta situación lo más recomendable es evitar transitar por carreteras rodeadas de árboles.
El desprendimiento de chapas y uralitas fue otro denominador común de la jornada de ayer. Los bomberos de Viveiro y Protección Civil tuvieron que acudir al edificio de Telefónica (junto a los juzgados viveirenses) donde se soltaron las chapas del tejado. Y los de Barreiros, con el GES de Cervo, a la calle Pardo Bazán de Burela, a retirar las chapas laterales de un edificio. Lo mismo ocurría en Foz, en edificios de la calle Río Masma, de Prolongación de Alfonso X, Avenida de Viveiro y Mariñeiro Chila, en donde intervinieron los bomberos barreirenses. En Viveiro Protección Civil también intervino en la calle Díaz Freijo, donde se soltaba alguna ventana de una casa deshabitada; en Alonso Pérez, para retirar un canalón que colgaba; a Covas, al caer piedras de un edificio y a Rego das Flores, donde el viento tiró una chimenea. Foz sufrió también caída de pizarras, alguna farola, cristales, etcétera.