La hostelería de Viveiro se prepara para la avalancha del Mercado Renacentista

Mar García Balseiro
MAR G. BALSEIRO VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

A las 21 horas tendrá lugar el desembarco de la corte de Carlos V en Covas, previo paso por Celeiro.
A las 21 horas tendrá lugar el desembarco de la corte de Carlos V en Covas, previo paso por Celeiro. x. f. r.< / span>

El concello repartirá unas 800 sillas para las comidas del sábado en la calle

08 jul 2014 . Actualizado a las 15:59 h.

A las 17 horas del próximo viernes cobrará vida en el casco histórico el Mercado Renacentista de Viveiro. A partir de ese momento, con la ciudad volcada en revivir una de sus épocas doradas, reconstruida tras los incendios que la asolaron al condonar el emperador Carlos V el pago de los impuestos, y hasta la medianoche del domingo se sucederán los espectáculos y el ambiente se llenará de colorido, aromas exóticos, y sobre todo, muchas ganas de disfrutar de uno de los eventos anuales que se celebran en Viveiro con mayor tirón de gente.

«é un dos mellores días do ano, porque a xente está na rúa, e hai moito movemento», explicó ayer Paco Fernández, de O Recuncho, que para el sábado calcula que dará de comer a cerca de 300 personas en las mesas que instalará en la calle. «Quince ou dezaséis personas», con el ropaje adecuado, se harán cargo del trajín. «Comezas as 13.30 e estás dando comida ata sete da tarde», asegura, y después aún queda la cena. Ese día es el plato fuerte de la cita de época viveirense para la hostelería, que prepara caballetes, tableros y sillas para las comidas que han sido ya previamente contratadas. El Normandy (34 caballetes, 12 tableros y 160 sillas prestados por Penalba) o Casa Pepi (5 tableros y 50 sillas) están entre los que piden refuerzo. Pero además de mesones y restaurantes, también se suman pubs como el Kiev, el Punto y Aparte, el Vox o el Gato Pardo.

El Concello de Viveiro calcula que facilitará cerca de 800 sillas que complementa la infraestructura propia de los hosteleros, y también de algunas de las calles de la ciudad, cuyos vecinos se citan anualmente, y ataviados a tono con la ocasión encargan la comida y disfrutan de un Viveiro renacentista que ha cuajado entre los vecinos y foráneos. Es el caso, de la calle Luis Trelles.