El viveirense Rafael Rivera Rey vende «puerta a puerta» su primera novela
27 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.A Rafael Rivera Rey (Viveiro, 1979) el pinchazo de la burbuja inmobiliaria lo dejó en el paro en el 2008. Arquitecto técnico de profesión, desde entonces se ha buscado la vida ejerciendo de profesor en Santiago, de ayudante de cocina en Lleida, de comercial en Vigo... y escritor de su primera novela de suspense, Riverside King (ojo, el título sale de convertir sus apellidos al inglés).
«Antes de irme a Cataluña ya había empezado a escribir la novela. Cuando entré en Vigo de comercial en una especie de editorial, no me fue bien, y me dije, estoy vendiendo esto que no tiene nada que ver conmigo, ¿por qué no lo hago con mi libro?», cuenta.
Así Rafael, que asegura que empezó a escribir «por afición, y me encanta», se lanzó al mundo de la autoedición. Con Riverside King en las manos, Rafael se convirtió en vendedor «puerta a puerta» de su propio libro. «Opté por la autoedición, por pagarla yo, porque no quería perder tiempo con las editoriales, aunque luego alguna estaba interesada, pero ya estaba hecho». La segunda edición, que saldrá en noviembre, ya llegará a las librerías, y también a formato ebook, a través de Amazon.
Riverside King le da nombre a un pueblo perdido en Norteamérica. Es una historia de suspense, protagonizada por un camionero neoyorkino de origen irlandés, en el que la oscuridad, la lluvia y la soledad tienen un importante peso específico. «Es un thriller oscuro, con el que pretendo transmitir al lector sensaciones, miedo, angustia. Una historia escrita en tercera persona que busca que quien la lee la asuma en primera persona».
Las técnicas de venta que practicó durante su etapa de comercial le dieron tablas para comercializar su novela llamando directamente a la puerta de posibles lectores. Se hizo autónomo y hace carretera. Ayer llegaba de Lugo, y está contento, porque desde que empezó esta aventura vital y narrativa ha vendido ya mil ejemplares. ¿Se puede vivir de ser escritor? «Tal y como lo hago yo, sí. De media vendo 6 ó 7 libros y hay días de 13».
No se considera escritor. «Soy de Ciencias», remarca. Estudió en el IES Vilar Ponte antes de marcharse a Coruña a cursar Arquitectura Técnica. «Escribir me encantó, es una forma de desahogar la cabeza, si supiera hacer cine, habría hecho una película». Pero también le echó disciplina. «Cuando estaba en el paro echaba siete u ocho horas escribiendo». Y ya trabaja en un libro, infantil con sus propios dibujos, dedicada a su hija.