Se consolida la plantilla de 40 trabajadores para 48 residentes discapacitados
24 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El Centro Asistencial San Pablo y San Lázaro de Mondoñedo cuenta en la actualidad con cuarenta empleados que se encargan de la atención y cuidado de 48 personas discapacitadas de toda Galicia y también originarias de algunos municipios asturianos. El centro está bajo la gestión de la orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, con ocho religiosas. De los 40 empleados, 17 fueron contratados eventualmente hace un año, como consecuencia del convenio suscrito con la Xunta de Galicia por el cual incrementaba la financiación pero al tiempo obligaba a emplear a más trabajadores. A esas 17 personas se les hizo inicialmente un contrato de seis meses, que después se prorrogó otros seis. Cumplido el año, acaban de firmar nuevos contratos, pero ya fijos.
Mediados del siglo XVIII
El hospital San Pablo, ahora hogar de atención a personas con discapacidad física y psíquica, remonta sus orígenes a mediados del siglo XVIII (las obras de construcción terminaron en 1755). En noviembre de 1872 se hizo cargo de la gestión la orden de las Hijas de la Caridad, originaria de Francia, con sede en París. Desde entonces, las religiosas han desempeñado siempre esta labor: «Creo que las hermanas que vinieron aquí fueron las primeras que llegaron a Galicia y podría decir que de las primeras que llegaron también a España», apuntó ayer la superiora en Mondoñedo, sor Josefina.
«Aquí, en Mondoñedo, estamos muy felices. Este centro a lo largo de la historia ha sido objeto de diferentes transformaciones, porque primero fue hospital de leprosería, luego hospital general, fue casa cuna y finalmente derivó en un centro para atender a personas discapacitadas, que es en lo que estamos ahora», añadió sor Josefina. Con capacidad para 50 usuarios, en la actualidad en San Pablo residen 48. «Es gente que requiere muchos cuidados y atención. Personas que necesitan mucha dedicación y terapia para mantenerse en actividad. De ahí que hagan falta cuarenta empleados. No es excesivo», concluyó sor Josefina.