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La conductora Mariluz Parapar cayó por un terraplén en Ourol, donde estuvo casi cuatro horas esperando a ser localizada
04 oct 2018 . Actualizado a las 17:11 h.Mariluz Parapar se recupera de las magulladuras y de un gran susto. Ayer a mediodía estaba al pie del cañón, en el mismo punto kilométrico de la carretera San Pantaleón a Bravos (Ourol) en el que el martes por la noche sufrió un grave accidente de circulación. Su coche cayó por un terraplén de unos treinta metros de altura. No llegó al fondo del barranco porque unas rocas lo frenaron. Ella calcula que se salió de la vía sobre las 20.45 horas, poco después de salir de la casa de su madre en San Pantaleón (Ourol) y cuando circulaba en dirección a Viveiro. Asegura que, por un despiste, por atender a un gatito que viajaba con ella, Pin, el Renault Clio que pilotaba se salió de la vía y cayó por la pendiente, en una zona escarpada y de escaso tráfico.
Allí estuvo, dentro del vehículo y sin poder moverse hasta pasada la medianoche, cuando dieron con ella varios familiares y algún vecino que se había sumado a su búsqueda alarmados porque tardaba mucho en llegar a casa. «Eu loitaba e loitaba por saír do coche, pero non podía. Quedei aprisionada dentro do coche e non me podía mover», rememoraba ayer en el punto donde sufrió el accidente. Reconocía que fue un gran susto y que tuvo mucha suerte: «Estou como unha mazá podrida, chea de magulladuras. Pero non rompín nada e estiven en todo momento consciente». Reconocía que nunca sufrió un accidente tan grave en los más de treinta años que es conductora. Ayer, acompañada por otros miembros de su familia, siguió a mediodía las complicadas tareas para recuperar el vehículo del barranco. Cuando se le pregunta por qué no usó el móvil para alertar de lo sucedido, Mariluz asegura que ella es prudente y que cuando conduce nunca lo usa, pero afirmó que tras el accidente el móvil saltó por los aires y no sabe dónde fue a parar. «Tiven moita sorte, foi como se volvese nacer. O susto non mo quita ninguén. ¡Moita compañía me fixo o meu gatiño!».
Por otra parte, la familia recordó que la asociación vecinal de San Pantaleón le reclamó sin éxito hace unos seis meses a la Diputación Provincial, titular del vial, que ensanchara la carretera y que colocara quitamiedos en los tramos más peligrosos.
La familia salió a buscarla al ver que tardaba demasiado en regresar a su casa
La rapidez con la que actuó la familia y la profesionalidad de los medios de emergencias permitieron localizar y rescatar a Mariluz. El marido y el hijo de la accidentada al ver que tardaba en regresar a casa, avisaron a otros familiares. Todos se pusieron manos a la obra para dar con ella. Entre la casa de su madre y la suya hay una distancia de unos 19 kilómetros y la mujer, pasadas las 22.00 horas todavía no había llegado a su hogar, explica su hermano, Jaime Parapar.
El hijo de Mariluz, Ángel, cogió su coche e hizo el recorrido que debería haber hecho su madre de camino hacia Viveiro. Ni rastro. Se lo comunicó a su tío, que junto con otros familiares, también se sumó al operativo familiar: «Xa nos temiamos o peor porque esa carretera é malísima e case non pasan coches».
Rastrearon a pie la zona
Empezaron la busca en Bravos, pertrechados de linternas, revisando palmo a palmo toda la orilla izquierda. Ni rastro de frenadas ni de ninguna pista de Mariluz. Fue entonces cuando alertaron al 112, que confirmó que no tenían constancia de ella en ningún hospital. Una patrulla de Tráfico se sumó al operativo con Protección Civil y Guardia Civil, además de otros familiares y un vecino que iluminó con su todoterreno la zona. Al no haber ningún rastro en la carretera, la familia decidió bajar a pie por el desnivel. «Foi cando o fillo dela veu unha ramas rotas. Berrou desde arriba e xa a sentiu a ela berrando», explica Jaime, que asegura que la localizaron pasada la medianoche.
«Nós non podiamos sacala dalí. Ela estaba no maletero e non podía saír. Despois, chegaron os bombeiros e xa a puideron», relataba ayer el hermano de la accidentada, que tras ser rescatada fue sometida a un chequeo en el Hospital da Costa.
Los bomberos anclaron el vehículo y usaron técnicas de rescate en altura para liberarla
El dispositivo de rescate fue complejo. Los tres bomberos de Viveiro que estaban de guardia se emplearon a fondo. Fueron alertados a las 1.10 horas. La localización de Mariluz por parte de la familia facilitó mucho la tarea. Los bomberos tuvieron que anclar y asegurar el coche volcado, ya que existía riesgo de que éste se precipitara al fondo del barranco. Abrieron una puerta y mediante técnicas de rescate en altura pudieron liberar a la mujer. Usaron un polipasto para izarla en camilla desde el fondo del barranco para ser introducida en una ambulancia del 061, según explicó José Antonio Veiras, del parque de bomberos. «Foi unha tarefa complicada, nunha zona escarpada e sendo noite pechada», relató el bombero, que aseguró que el operativo concluyó sobre las cuatro de la madrugada.