Han tenido que alertar a la Policía Nacional varias veces por intentos de agresión
18 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.«La gente nos trata cada vez peor». Con esta frase rotunda en la que se mezclan la impotencia y la tristeza resume un trabajador del centro de salud de Viveiro la acritud que de un tiempo a esta parte manifiestan algunos usuarios de este servicio sanitario público mariñano. Según explica el profesional, la pandemia del coronavirus ha tensado al máximo la relación entre sanitarios y pacientes debido a las continuas restricciones, la falta de atención presencial durante muchos meses, los retrasos en las citas para consultas de especialistas o análisis, la escasez de personal... Todo junto está dando lugar a una mezcla casi explosiva en la que tanto los enfados como las críticas están a la orden del día.
Sin embargo, en algunos casos las quejas rozan el límite y en el ambulatorio han tenido que llamar a la Comisaría de la Policía Nacional varias veces para evitar agresiones porque de las palabras se pasa a las manos. La más reciente ocurrió esta misma semana, cuando un usuario increpó de manera especialmente violenta a uno de los trabajadores de administación.
Reclamaciones por la huelga
Con motivo de la huelga general convocada este miércoles en A Mariña, algunos usuarios del ambulatorio de Viveiro que tenían una cita programada para pidieron la hoja de reclamaciones para formular una queja formal. Critican que nadie les hubiese avisado de que su médico tenía previsto secundar el paro general, por lo que no los iba a atender en la jornada programada, y que esa circunstancia les generó complicaciones en los ámbitos personal o laboral.
Puertas llenas de carteles que intentan fomentar el civismo con mensajes como: «No llame ni abra la puerta si está cerrada»
Resulta llamativo que a estas alturas del siglo XXI sea necesario recordar a los usuarios de un servicio sanitario que en un dispositivo así hay que ser respetuoso, no se debe alzar la voz, conviene tener el teléfono móvil en silencio o no se pueden abrir y cerrar las puertas de las consultas para ver si hay alguien dentro, como si la persona estuviese en su propia casa. Sin embargo, parece que lo es y bastante. Prueba de ello son las decenas de carteles que inundan las puertas del centro de Atención Primaria de Viveiro con mensajes «educacionales» del estilo: «Por favor, hable en voz baja», «Si no tiene cita previa y su consulta puede esperar, por favor pida cita», «Puerta cerrada-consulta ocupada. Por favor, sea respetuoso/a. No abra la puerta. Gracias por su colaboración» o «No abrir la puerta si está cerrada. Pudiera ser usted quien estuviera dentro».
«Nada xustifica unha agresión»
Los largos tiempos de espera y la falta de paciencia son uno de los principales caballos de batalla del personal del ambulatorio. «No llame ni abra la puerta si está cerrada. Saldrá el médico a llamarle en cuanto sea posible» o «A hora da cita é orientativa» son otros de los «consejos» con los que los profesionales tratan de limitar, en lo posible, las molestias que genera que un paciente abra la puerta cuando otro está siendo atendido, o que la sala de espera se parezca en ocasiones más a un mercado o a una feria en la que se reencuentran amigos y conocidos para charlar que a un lugar donde hay personas convalecientes que precisan reposo y tranquilidad. Especialmente ahora, cuando a bastante gente le cuesta más respetar la distancia de seguridad.
El centro de salud acusa la falta de médicos: dos en el turno de mañana y uno en el de tarde
La falta de profesionales sanitarios también afecta al centro de salud de Viveiro. Según indican distintas fuentes, en el turno de mañana faltan actualmente dos médicos y uno en el de tarde. La falta de cobertura estable de esas plazas está afectando a la calidad de la atención que reciben los pacientes de esos cupos, que son revisados por distintos profesionales en función del día que tengan consulta.
La plantilla teórica
En la teoría, en el centro de salud de Viveiro cuenta con 9 médicos, 9 enfermeros, 2 auxiliares de enfermería, 1 celador, 2 trabajadores PSX (persoal de servizos xerais), 1 administrativo, 1 matrona, 1 fisioterapeuta, 1 trabajadora social, 1 higienista y 1 dentista. A ellos se suman 3 médicos y 3 enfermeros adscritos al turno de tarde. Sin embargo, en la realidad no están cubiertos todos los puestos.