Albo argumenta que cerrar Celeiro y centralizar la producción en Salvaterra «potencia estratégicamente la imagen de la marca»
A MARIÑA
Niega que aplique un expediente extintivo encubierto y asegura que era «inviable» seguir en A Mariña por la «negativa» de los propietarios a prolongar el arrendamiento de la nave viveirense
16 jun 2022 . Actualizado a las 13:56 h.La conservera Albo se pronunció este jueves tras comunicar en los últimos días a la plantilla de Celeiro el cierre de la fábrica viveirense, que previsiblemente se completará tras el verano. En un comunicado de prensa, la empresa, que ostenta el grupo chino Shanghai Keichuang, argumenta su decisión de centralizar la producción de conservas de túnidos en Salvaterra de Miño, en base al cumplimiento de «las nuevas normativas internacionales exigidas para la industria alimentaria» y a la «decisión de los propietarios» de la factoría mariñana de «no renovar el contrato de arrendamiento» del inmueble. Así, niega aplicar de forma indirecta -a través de un procedimiento de movilidad geográfica- un expediente de regulación de empleo, lo que denuncia la representación sindical. La mayoría de las trabajadoras supera los 50 años y ve inviable un traslado al sur de la provincia de Pontevedra, a 271 kilómetros de distancia.
Trasladar toda la actividad gallega -los cierres de Vigo y Celeiro no afectarán a Tapia, que produce platos elaborados a partir de productos cárnicos- a Salvaterra de Miño «nos ayudará a cumplir con todas las normativas internacionales exigidas a la industria alimentaria, con el objetivo de ser un centro productivo eficiente, ecológico y también con ahorros energéticos, y mejorando a nivel productivo, logístico, organizativo, medioambiental y de prevención de riesgos», indica Albo, que resalta que ya ha llegado a un acuerdo de traslado con la plantilla viguesa, que operaba a unos 33 kilómetros de las nuevas instalaciones.
La centralización de la producción en Salvaterra «reducirá costes, tiempos, recursos y potenciará estratégicamente la imagen de la marca, lo cual resulta imposible con centros de trabajo distantes en 300 kilómetros», insiste Albo en su comunicado, y sostiene que busca «no solo el mantenimiento del empleo de todos los trabajadores de la planta de Celeiro, sino el crecimiento y el desarrollo profesional de la plantilla, a través de formaciones y planes de carrera».
Albo argumenta que el mantenimiento de la actividad en Celeiro era «inviable» debido a «la decisión de los propietarios de no renovar el contrato de arrendamiento de la fábrica a partir de diciembre de 2022».
El cierre de Celeiro, alega Albo, «no es sinónimo de eliminación de puestos de trabajo, habiendo descartado radicalmente la tramitación de un expediente de regulación de empleo desde el inicio. La plantilla de Celeiro, además de profesional -véase la antigüedad de todas ellas en la empresa-, forma parte de nuestra familia empresarial y esperamos que el mayor número de trabajadoras se sume al nuevo proyecto», con el que pretende, según su versión, «fortalecer su presencia en el territorio y favorecer la creación de más empleo».