Los hermanos Pepe y Alfonso Santiago: dos históricos de la hostelería del Occidente asturiano, al frente de Los Olivos

Dos históricos de la hostelería del Occidente asturiano, los hermanos Pepe Santiago y Alfonso Santiago, son los propietarios y regentes de Los Olivos Restaurante y Catering, situado junto a la playa de Navia. «Mi hermano fue quien fundó este restaurante en al año 2002», explica Alfonso Santiago. «Yo estaba trabajando en otro restaurante, era el cocinero del Palermo, en Tapia de Casariego, pero hace un par de años decidí venirme e incorporarme a este proyecto del que estoy tan orgulloso», comenta con satisfacción. «Mi hermano ha hecho todo el trabajo, y yo he tomado las riendas del negocio», prosigue, alabando la dedicación del anterior gerente de Los Olivos.

El restaurante, famoso por acoger la tríada más célebre de los eventos familiares, es decir, las bodas, los bautizos, y las comuniones, sigue al pie del cañón para ofrecer a sus clientes un servicio de calidad. «Nosotros siempre intentamos diferenciarnos de otros locales. Lo más distintivo es, sin duda, nuestra ubicación. Tenemos la suerte de contar con un escenario único. Las vistas son impresionantes», reconoce. «Y más que lo serán cuando terminemos con el proyecto de reforma que tenemos en marcha», confiesa. «Llevamos desde el verano pasado con esta apuesta para la ampliación y mejora de nuestras instalaciones», prosigue, explicando las obras a las que ya se han sometido o que tienen en mente para los próximos meses. «Vamos a hacer una remodelación de los interiores», comenta. Con un comedor de 650 m2, y una capacidad para unas 600 personas, el restaurante es uno de los más grandes de la zona, que atiende sobre todo a los municipios limítrofes entre Asturias y Galicia. «Pero no vamos mucho más allá del puente», admite. Aunque en el servicio de catering que ofrecen sí reciben encargos de varias localidades de A Mariña, sobre todo de la más oriental.

«Por otra parte, también queremos hacer un mirador aprovechando la montaña que tenemos. Y sacarle más partido a los jardines, que ya de por si son un gran atractivo», confirma. «Ahora es muy habitual que los clientes se preocupen más por el entorno que por la comida», reconoce. «Lo que me resulta muy extraño, y más teniendo en cuenta que soy cocinero», bromea.

Respecto al aparente descenso que han sufrido este tipo de celebraciones, Alfonso Santiago se muestra rotundo. «Nosotros no lo vemos así. Sigue habiendo mucha demanda, sobre todo de bautizos y comuniones», afirma. «Bodas sí que hay menos, y también de menos comensales», «pero la demanda sigue siendo bastante alta», ratifica. «De hecho, tenemos el mes de septiembre muy animado, más incluso que julio», indica, haciendo referencia a una dinámica que parece haberse asentado desde hace unos años. «La gente prefiere celebrar sus eventos importantes fuera de la temporada estival. Tenemos bastantes programados hasta noviembre», confirma.

Sea por la gastronomía, «con cocina de mercado y productos de proximidad», o por el entorno de ensueño que brindan, Los Olivos sigue siendo todo un reclamo dos décadas después de su apertura.

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