Tuvo una vida marítima de largo recorrido en su caladero habitual, las aguas canario-saharianas
27 ene 2024 . Actualizado a las 22:19 h.El astillero Marítima del Musel de Gijón vivía en la década de los sesenta del pasado siglo un período de máxima actividad en la construcción de pesqueros compitiendo con vascos y gallegos, dadas las facilidades crediticias del Estado que derivó en una escalada de producción naval (Joaquín Ocampo-Patricia Suárez). Fundados en 1953, llegaba una década después a una cartera de pedidos especializada en grandes arrastreros clásicos de costado, en 1964 los primeros ramperos compitiendo con Vigo, a partir de 1966 una serie de bacaladeros de gran rendimiento y en la década de los setenta un buen número de atuneros completarán sus encargos.
A principios de los sesenta los proyectos técnicos de construcción agrupaban las unidades en dos o tres iguales, en muchos casos parejas para el mismo armador, en 1960 botaban el Albero-Alvariño, en 1961 los Andino-Alpino-Apenino, en 1962 tras el Centollo-Percebe colocan las quillas de tres bous de la misma serie: el Troita para Cádiz, el Esther Cruz para Francisco Lariño de Coruña y el Roan para Rodolfo Andrade de Vigo.
El bou de arrastre Troita
Previa autorización de la Subsecretaria de la Marina Mercante el S.A. Marítima del Musel inicia el 26 de mayo de 1962 su construcción número 35, una unidad de acero destinada al arrastre de altura con maniobra de costado conservando la maniobra de bou por la banda de estribor, a similitud de los antiguos trawlers británicos importados a principios de siglo con los pescantes a proa y popa para izar la red a mano por ese costado, en este caso la banda de babor presenta un guardacalor largo para habilitación y acomodación. El buque lleva el nombre de Troita, foliado en Gijón 1.580 y de señal distintiva E.D.O.E. para los conocidos armadores gallegos asentados en Cádiz, Antonio Landin Díaz y Casiano Villar Pazó. Finalizado en agosto de 1962 presenta una eslora máxima de 41.37 metros y una anchura de 7.62 metros, desplaza 335.88 TRB y equipa un motor Deutz de ocho cilindros sobrealimentado de 1.060 HP. a 380 r.p.m. con un auxiliar Mercedes Benz de 147 HP. que mueve un grupo eléctrico “Ward-Leonard” fabricado por Indar, para accionamiento de maquinilla de arrastre lleva motor eléctrico de 110 HP. La capacidad de combustible es de 125 toneladas, su máxima velocidad en pruebas de 13 nudos con un consumo diario de 4.650 litros establece una autonomía de 7.128 millas.
El 8 de septiembre de 1962 abandona Gijón rumbo a su puerto base de Cádiz a las órdenes de un mariñano, Modesto López Goas “da Chicota” previa escala en su pueblo natal Celeiro.
El Troita tendrá una vida marítima de largo recorrido en su caladero habitual, las aguas canario-saharianas, siendo foliado en 1983 en Cádiz con el número 1.055, tras casi tres décadas dedicado al arrastre bajo pabellón nacional es exportado a Panamá siendo recuperado para aguas europeas por la empresa londinense de capital español Cepo S.L. (Francisco Segade) y registrado en el puerto británico de Ayr con el número 859 para dedicarse a la pesca de rape con rascos, sufriendo una obra de renovación total y reforma íntegra de puente, habilitación, palos y cierre hermético para los mares del Atlántico Norte haciendo base en A Coruña. En el año 2002 es adquirido por la armadora británica Alice Nav. Ltd. renombrándolo Mar Rojo y registrándolo en el puerto de Southampton con el numeral 924. En el año 2004 pasa a la compañía Limesdale Ltd. hasta su baja definitiva.
El patrón marcado por la tragedia
En el Celeiro de los cuarenta del siglo pasado no había muelle, la playa de la ensenada del Puntal estaba flanqueada por dos rampas que daban acceso a las actividades pesqueras, sobre todo la de la zona norte que servía al astillero y un pequeño atraque de la conservera, los vapores fondeaban frente al pueblo y el acceso a los mismos era a través de embarcaciones manejadas por boteros, jóvenes en el paso previo a ser marineros. El Ramón Dolores era uno de esos vapores tarraferos fondeados, de 13 metros y 11 toneladas había sido construido en Celeiro en 1936 para la casa “da Chicota”, formada por los hermanos José, Rafael y Francisco Goas Martínez y su cuñado Modesto López Albo que además ejercía de patrón del mismo, provenía de la élite de mestres de las traiñas aportando conocimientos y mando.
El 4 de enero de 1947 la quedada del viento había dejado cierto mar de fondo, los patrones decidieron salir y las tripulaciones se encaminaban a sus vapores, los veintidós del Ramón Dolores lo hacían en la lancha Antonia, la misma que se llevaba a remolque para cargar la pesca, la costumbre de hacerlo de pie en la embarcación a excepción de los cuatro remeros hizo que con una mala mar zozobraran. El bote San José rescató 12 náufragos, el Manolo de los Manzanos cinco y el Joven Ermitas otros tres, faltaban Modesto López y su yerno Antonio Pino cuyos cuerpos aparecerían en la playa de Covas a la mañana siguiente.
Modesto López Goas, hijo del patrón fallecido, era uno de los tripulantes del vapor desde 1943 y tras esta tragedia abandona la actividad y se instala en Lugo capital con su mujer Charo gerenciando el bar Progreso. En 1953 lo recupera para el mundo de la pesca el vicedense Paco Parapar que está al mando del bou Cierto (41 m. 316 TRB) de Ramón Canosa en Cádiz, el buen hacer de Modesto en sus aptitudes como redero y las enseñanzas del patrón hacen que en 1956 pase a Técnico de Pesca del bou Santa Adela (43 m. 300 TRB) del mismo armador y en 1960 pasa al Canosa (41 m. 316 TRB). En 1962 es fichado por Landin-Villar para estrenar el Troita, el flamante bou que saca de Gijón y camino de Cádiz lo mete en su pueblo de Celeiro con la excusa de embarcar las tablas de madera de la bodega encargadas en la serrería de Cesáreo Lage sita en la playa de Lavandeiras, además de hacer víveres en la tienda de Santiago Travieso.
En el Troita Modesto tendría de capitán a su sobrino Che Ramón Pino, ambos eran hijos de los dos náufragos del Ramón Dolores. En 1965 se hace cargo del moderno bou Prada (49 m. 500 TRB) uno de los colosos de José Docampo para sustituir a Benigno Parapar, el patrón del Vicedo que se jubila. Al mismo tiempo entra en sociedad con los hermanos Basanta Santos, Jesús y José Antonio, en la construcción del arrastrero de litoral Rosariño (César Beltrán 1965) y su jubilación coincide con la incorporación a la sociedad del arrastrero comunitario Nemesia Santos (Cantábrico y Riera 1969) y pasa a hacerse cargo de la gerencia de ambos como armador en el puerto de A Coruña.