El jefe de Alcoa obvia a San Cibrao en los planes de futuro de la multinacional para los próximos cinco años

A MARIÑA

Bill Oplinger, presidente de Alcoa
Bill Oplinger, presidente de Alcoa ALCOA

En una conferencia y consultado sobre las operaciones a corto plazo, Oplinger ni se refirió a la planta de Cervo, que según el acuerdo firmado con los trabajadores debe estar operativa al 100 % en el 2025

05 mar 2024 . Actualizado a las 11:00 h.

La intervención de Bill Oplinger, jefe mundial de Alcoa, en la conferencia Global Metals, Mining & Critical Minerals celebrada a finales del pasado mes de febrero arroja muchas más dudas que esperanzas sobre el futuro de San Cibrao. El dirigente de la multinacional no solo insistió en que la empresa «no pondrá más dinero» en la factoría de aluminio de A Mariña, a la que ve «inviable a largo plazo con los actuales precios de la energía», sino que obvió al complejo de Cervo en las preguntas sobre los planes de futuro para los próximos años.

Oplinger fue consultado sobre las operaciones en el futuro a corto plazo, que él mismo cuantificó «entre tres y cinco años». En este punto, aseguró que la empresa busca «oportunidades de crecimiento» y recordó que tiene en marcha arranques de plantas de aluminio en Warrick (Indiana) y en Alumar (Brasil), pero obvió mención alguna a que hay una tercera factoría en la que está comenzando a reactivarse la electrolisis, en San Cibrao. Tampoco al acuerdo firmado con la plantilla para tener la planta reactivada al 100 % en octubre del 2025.

«En Alumar tenemos dificultades porque hemos infravalorado algunas cuestiones: las condiciones de la maquinaria, la disponibilidad de baño limpio y la cualificación de la plantilla, porque hemos perdido mano de obra cualificada después de ocho años de parón», expuso Oplinger.

Tras detenerse en la situación de Alumar y Warrick, el jefe mundial de Alcoa se refirió a «dos proyectos pequeños pero importantes» para realizar mejoras en Noruega y en Quebec, en este último caso para aumentar la capacidad de fundición.

«Y si miramos más allá, en la siguiente década, tenemos tres nuevas tecnologías que serán implementadas entonces. Una de ellas es en colaboración con Rio Tinto y el gobierno de Quebec para elaborar aluminio libre de carbón, llamado Elysis. También tenemos nuestra propia técnica Astraea, para convertir metal triturado en puro. Y hay otra serie de avances que supondrán la refinería del futuro y que entrarán en juego a partir del 2030 o más tarde», argumentó.

El jefe mundial de Alcoa sí se refirió a San Cibrao cuando le preguntaron cómo espera la compañía mejorar el indicador Ebitda. Habló entonces de una estrategia para reducir un 5 % los «costes controlables», unos cien millones de dólares, y se refirió a la situación de la refinería de Kwinana y al complejo de Cervo. Sobre la planta de alúmina australiana, indicó que «el cierre ocurrirá al final del segundo cuarto del presente año. Eso nos proporcionará beneficios económicos», aseguró.

«También habrá beneficios relacionados» con España, pronosticó, «aunque no los cuantificaremos en el corto plazo dado que, debido a la situación, es difícil de determinar exactamente dónde acabaremos».

Sobre el «desafío» que supone la situación de San Cibrao, Oplinger insistió en que la empresa, que opta al Perte de descarbonización industrial, no invertirá más en España y acto seguido fue preguntado por el papel del aluminio en las transiciones ecológica y energética. «No se habla lo suficiente de la importancia de nuestro metal», afirmó, resaltando que «la intensidad del uso del aluminio en la energía eólica o fotovoltaica está en ascenso, y hay un nicho de mercado en cuanto al cableado eléctrico. Estamos olvidados de la discusión, pero seremos trascendentales», zanjó.

Finalmente, dio su versión de qué pretende Alcoa con el movimiento para comprar Alumina Limited, sociedad australiana que posee el 40 % de varias propiedades, entre ellas la refinería de San Cibrao. La compra «nos dará flexibilidad en cuanto a decisiones de cartera estratégica. Ahora mismo, las dos partes tenemos que ponernos de acuerdo a la hora de adoptar parones productivos o cierres, pero también determinaciones de crecimiento», señaló.

El responsable de la multinacional apuntó que Alcoa se enfocará en el futuro «en la primera etapa del proceso» para fabricar aluminio, «en la bauxita y las refinerías. Habrá oportunidades para plantar nuestra bandera en más bauxita y crecer en el negocio de la alúmina. Y esta compra nos posibilitará hacerlo», argumentó.