Todo en el aire a un año de la fecha comprometida para reabrir Alcoa

A MARIÑA

Del aluminio dependen, solo en cuanto a empleos directos, mil trabajadores
Del aluminio dependen, solo en cuanto a empleos directos, mil trabajadores PEPA LOSADA

La empresa congeló el horno de cocción de ánodos y amaga con vender o continuar, cuando firmó arrancar todas las cubas en octubre del 2025

04 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El 6 de febrero del 2023, Alcoa —representada al máximo nivel por su actual presidente, Bill Oplinger— y el comité del complejo industrial de San Cibrao firmaron un acuerdo por el que modificaban el pacto rubricado dos años antes, que puso fin al conflicto del expediente de regulación de empleo (ERE) y por el que se pararon las cubas a cambio de realizar mejoras en la planta de aluminio, mantener los empleos y reiniciar la actividad. En el nuevo documento, que en adelante fue llamado «de viabilidad», la plantilla daba más tiempo a la multinacional para cumplir con los compromisos fijados. El nuevo plazo para arrancar todas las series de electrolisis se estiraba hasta octubre del 2025, dentro de justo un año. A doce meses de este hito, hay muchas más dudas que certezas sobre el futuro de la industria del aluminio en A Mariña.

Alcoa pidió modificar el acuerdo al alegar que el horno de cocción de ánodos, la mejora más importante de todas las comprometidas para San Cibrao, no estaría listo hasta el 2025. Una vez cambiadas las condiciones del pacto, la empresa anunció que paralizaba «temporalmente» el proyecto del nuevo horno, sin el que los sindicatos, una vez destruido el anterior, no ven futuro al complejo. Las centrales perciben en estas medidas «un cierre encubierto» de las instalaciones, aunque en la nueva versión del documento no hay un hito fijo de construcción. La congelación de esta inversión fue la primera nube que se posó sobre San Cibrao, donde la multinacional ha invertido el 20 por ciento del presupuesto comprometido en reformas, en el nuevo horno de homogeneizado y las cuatro mesas de colada de tocho Wagstaff, las barras de compensación de campo magnético y un transformador principal (TRG).

En diciembre del 2023, la compañía dijo no tener fondos para cumplir con el acuerdo y pidió apoyo a las Administraciones. En ese momento incluyó en la ecuación de crisis por primera vez a la refinería de alúmina de San Cibrao, que funciona desde hace dos años al 50 % de su capacidad. Al tiempo, intentó sin éxito acordar con los sindicatos posponer el arranque de las primeras 32 cubas. Alegaba la firma que el dinero reservado para San Cibrao se agotaría en junio. Finalmente cumplió, ante la negativa del comité a dilatar nuevamente los plazos.

Encendidas esas 32 cubas —de las 512 de San Cibrao—, Alcoa comenzó a hablar de una venta del complejo industrial. A mediados de junio la compañía reclamó de nuevo respaldo económico a las Administraciones e instó al comité a renegociar el acuerdo, rechazando los sindicatos una segunda revisión del pacto. Semanas después, no obstante, Alcoa reportó beneficios globales por la mejora del mercado aluminero y fijó un nuevo plazo límite para una salida: finales de año.

Sobre el futuro del complejo, Alcoa se ha pronunciado en foros para inversores. Asegura que negocia la venta con un pequeño grupo de postores, que hubo ofertas no vinculantes «conformes» a lo que pide —fortaleza financiera y garantías ante contingencias y voluntad de aceptar todas las obligaciones vinculadas al pacto, entre otros requisitos— y especula con una transacción antes de final de año, con la idea de vender todo el complejo, pero sin descartar hacerlo por partes.

Al tiempo, Alcoa declara no obstante el complejo «inviable» y condiciona vender al «apoyo» tanto de las Administraciones como de los sindicatos. A las instituciones reclama respaldo económico y agilidad a la hora de tramitar los parques eólicos que abastecerían a San Cibrao y la ampliación de la balsa de lodos rojos, al límite de su vida útil, y al comité «flexibilidad» a la hora de renegociar los compromisos adquiridos. De obtener lo que pide asegura sopesar también el continuar en A Mariña.

A doce meses de la reapertura comprometida, y con buena parte del acuerdo puesto en entredicho, a excepción de la continuidad de los empleos, las nubes ganan a los claros en San Cibrao.