Fallece en Cangas Josefa Pico, a los 108 años de edad, llegando a ser una de las más longevas de A Mariña

y. g. FOZ / LA VOZ

A MARIÑA

CEDIDA

«Era unha persoa incrible, súper cariñosa, moi moi intelixente e sempre moi vividora e disposta a axudar», decía su nieto Andrés en el día de su último cumpleaños que fue el 16 de mayo

29 dic 2024 . Actualizado a las 14:26 h.

Este domingo, 29 de diciembre, falleció en su domicilio en Cangas de Foz una de las centenarias más longevas de A Mariña y la mujer con más edad del municipio focense. Se trata de Josefa Pico Teijeira. Murió a los 108. En la esquela que ha publicado Funerarias Unidas Costa Lucense se señala que esta noche, a las nueve, se rezará el rosario en la capilla ardiente, instalada en el Tanatorio de Cangas de Foz, y desde allí irá la comitiva fúnebre este lunes 30, a las cinco y media de la tarde, hasta la iglesia parroquial de San Pedro de Cangas donde se celebrará el funeral, antes del entierro en el cementerio parroquial.

Josefa Pico Teijeira nació y vivió siempre en su parroquia natal, Cangas, donde el pasado 16 de mayo alcanzaba los 108 años, indicándose con motivo de aquel especial cumpleaños que los registros municipales apuntaban que era la vecina más longeva del municipio y, posiblemente, una de las más veteranas de toda la comarca A Mariña. Tenía tres hijos, dos nueras, cuatro nietos, otros cuatro nietos políticos, cuatro bisnietos y dos tataranietos.

Hasta septiembre del año pasado, contaba el día de su último cumpleaños su nieto Andrés, aún podía caminar por ella misma con ayuda de otra persona, pero después, en los siguientes meses su salud se fue deteriorando. Destacó entonces también el carácter de su abuela, que ocupó su vida en la labranza y la atención de la casa en general: «Era unha persoa incrible, súper cariñosa, moi, moi intelixente e sempre moi vividora. Sempre estaba disposta a axudar, fora a alguén da familia ou de fóra». De sus hábitos diarios destaca que no perdonaba la siesta, una costumbre que quizás le brindaba la paz y la tranquilidad que él decía que había aprendido de ella: «Era unha muller moi intelixente, sempre conciliadora».