España vive del turismo. ¡Eso dicen! Galicia quiere vivir del turismo. ¡Eso dicen! Cada FITUR es un encuentro de iniciativas para la sociedad del ocio. Tiene razón el periódico de los gallegos con el titular «La costa verde está de moda en España». Un buen trabajo donde señala las mejores ofertas de cada Concello Mariñano.
Siempre tuve nostalgia de conocimiento. Los viajes por nuestra Galicia de George Borrow -siglo XIX- y de Rhut Matilda Anderson -siglo XX- fueron un primer paso para descubrir el inmenso patrimonio que atesoramos desde el Eo hasta el Miño. Me habría gustado enseñarles nuestra Diócesis de Britonia. Les habría contado la épica de los balleneros en San Ciprián, Burela, Bares, Nois. Y desde luego les habría enseñado la cultura del lino. Amén de mostrarles el sorprendente y creativo espacio multidisciplinar de Regal Xunqueira, vecino del olvidado Monasterio de Valdeflores.
La demanda de los viajeros tiene mucho que ver con la cultura, el paisaje, las costumbres y la paz. Los gallegos somos hospitalarios. Lo demostramos con los caminantes romeros del Camino a Compostela. Dice mi entrañable amigo -premio nacional de artesanía- Sito Otero Regal que deberíamos querernos más. Y yo le digo que tal sentimiento lo tienen los vascos quienes entre fueros, derechos históricos y concierto económico, explotan con eficiencia su patrimonio, muy inferior al de los galaicos del Cantábrico.
Me consta que tras la fundación en 1967 del CIT en el puerto de San Ciprián -en el que participaron miembros de mi familia- lo mejor que se hace por enseñar, compartir, organizar foros y atraer visitantes, lo hace mi querida amiga Encarna Lago. Como la mejor de las fiestas culturales de nuevo cuño es sin duda alguna ese Ribadeo Indiano; por su elegancia, distinción y mistura con hispanoamérica.
Algunos defendemos el senderismo. Esos paseos a pie o en bicicleta de montaña, visitando los restos de tantos hermosos molinos harineros que un día Nando Blas, queimador de Cervo, quiso promover en la orillas del río Rúa, y comenzó con el que disfrutaban los cursillistas de Sargadelos -como se les echa de menos- en el souto tras la visita a la Pousada-Almacén, donde la música folk sonaba entre las piedras y el agua. Y si me obligan a escoger, mucho antes que Augas Santas -Las Catedrales-o Fuciño do Porco, escojo el sendero que comienza en la mágica playa con castillo encantado donde vive una mora en el Caolín de Vicedo y llega hasta el castro celta que cristianizaron los monjes de San Tirso en Portocelo.
La Mariña es paisaje y paisanaje. Hijos de la mar y el viento. Como nos denominaba Alberto Pillado, patrón del AVE e incansable luchador por la libertad. Cascos Históricos como Viveiro y Mondoñedo. Ilustración en torno a la aventura del Sargadelos fundado primero por Ibáñez y después por Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane. Pero también las iniciativas de hombres como Paulino Díaz y su familia o la Finca Galea de Emilio Méndez que hizo la sinfonía del agua.
Tengo un sueño. Recuperar Santa Catalina (Real Seminario) para que sea como esa envidiada y prestigiosa Universidad Menéndez Pelayo en Santander, asiento de los cursos veraniegos para los campus universitarios gallegos.