«Unha das tatuaxes máis simpáticas foi a do Himno Galego en todo o costado, pero ao revés para poder lelo no espello»

A MARIÑA












Desde Viveiro Tattoo Estudio desvelan peticiones curiosas y algunas simpáticas : tatuarse «soy diabético», la mascota canina en versión religiosa o el famoso símbolo de Ternera Gallega
14 mar 2025 . Actualizado a las 19:15 h.El del tatuaje es uno de esos mundos inescrutables. Las razones por las que una persona se tatúa un nombre, un símbolo o recrea toda una historia en su piel prácticamente solo la saben él o ella, sus allegados y el tatuador, a quien el cliente le dice qué quiere, cómo lo quiere y dónde lo quiere, y el tatuador le aconseja la mejor opción para que ese tatuaje quede impecable, otro punto clave. Las posibilidades, infinitas y originales si uno gusta particularmente de lo original. Iván Roel y Marco Paraños, de Viveiro Tattoo Estudio en la calle Pastor Díaz, revelan algunos de los tatuajes que han hecho, los más simpáticos, peculiares o llamativos. Desde aquellos años en los que tatuajes comerciales como el símbolo del infinito o el atrapasueños estaban de moda, ha llovido. «Aplicábase a seres queridos e a mascotas», dice Paraños. «Se siguen haciendo», apunta Roel. Porque el amor sigue siendo un motivo para tatuarse, como recurrir a una estrella o a un corazón, dos clásicos pero «también recursos para personas que no se quieren tatuar algo demasiado grande y que signifique algo para ellos», continúa.
«Para min a tatuaxe máis simpática foi a do día que me dixo que quería tatuarse a letra do Himno Galego, en grande, en todo o costado, pero ao revés para que cando se mire no espello poda lelo», confiesa Paraños. «A esa mesma persoa _indica su compañero_ fíxenlle un chamán... chamando por teléfono. Tamén eu teño o Frigodedo botando a puñeta». Otro parecido lo tiene un cliente: el helado mítico de Drácula con la cara de Drácula. «Esa mesma persona, en vez de levar a mítica chapa 'soy diabético' e por se necesita unha intervención, tatuouse 'soy diabético'. Hai xente que o fai». Podría ser un tatuaje útil en caso de emergencia sanitaria, por ejemplo.
«Tamén fixen o símbolo de Tenreira Galega nunha cacha, a outro que lle gusta moito 'Estrella Galicia tatueille 'Hijo de Pili y Paco. Cervecero desde 1985'»
O si te apetece escuchar tu canción favorita, ya se puede tatuar la versión QR, que lleva directo al enlace de Internet para oírla. Continúa Iván Roel: «Tamén fixen o símbolo de Tenreira Galega nunha cacha, a outro que lle gusta moito Estrella Galicia tatueille 'Hijo de Pili y Paco. Cervecero desde 1985». Marco Paraños recuerda más: «A un moi bo cliente de Celeiro que lle chaman O Fillo do Cacao fíxenlle un bote de Cola Cao. Ou, en relación cunha noticia de hai pouco, a morte de Xosé Vizoso, a unha rapaza que traballa en Sargadelos fixéralle o cartel da Queimada Popular de Cervo nunha perna». «Encántame Vizoso!», apostilla el tatuador viveirense.
Peticiones sobre sagas como Star Wars, política, fútbol o de la Semana Santa en Viveiro
La lista de tatuajes peculiares parece interminable. «Eu fixen _dice Iván Roel_ unha labrega galega cun casco de Darth Vader. Recordo que tamén veu aquí unha parella de Austria aos que tatuou Jordi (Ordi) no estudo. Chegaron a Viveiro en barco e traían uns amigos, de Holanda e de Hamburgo. Eran cousas relacionadas co mar». Igual que un kazajo llegó al establecimiento viveirense para que el águila de la bandera de Kazajistán pareciese viva en su mano. Tampoco faltan generaciones en las que en su época la moda del tatuaje era prácticamente inexistente aquí. Son hoy abuelos, alguno con 80 años que pidió el nombre de sus nietos en su piel. Otro está vinculado a las protestas de Alcoa pues una foto icónica de la época de las manifestaciones ha sido también tatuada en el estudio viveirense. «A min un amigo _añade Iván Roel_ encargoume que lle tatuara a Pepe Mújica cun gorro de Tupamaro. Hai xente que se tatúa cousas de política». Y a sus mascotas: «Tatueille á dona a cara da súa cadela, pero fíxena en versión virxe María». No ha sido el primer tatuaje suyo en esa línea: «Os cans pídenos moito». «Eu mesmo téñoas simpáticas. O outro día fixenme unha que pon 'Hugo Ben estivo aquí'. Tamén teño un pato que pon 'empatía' e teño a meu irmán Melchor en zombie», señala.

Profundizando en el tema religioso, particularmente en Viveiro se aprecian fuertes vínculos con la Semana Santa. Ya habíamos contado la historia de un celeirense que se tatuó los símbolos de todas las cofradías de la ciudad con los diseños de Marco Paraños, aunque también hay otro viveirense ligado a la Orden de San Francisco, con la imagen de San Francisco tatuada. Tampoco falta quien elije el icono del Resu o, por su pasión futbolística, la oliveira con el escudo del Celta, como hizo el diputado del BNG Dani Castro, según señalan. Por último, acabando ya con el listado de tatuajes «curiosos», existe una representación japonesa de un pez con la cara del miembro viril masculino (en la realidad existe el llamado «pez pene», que en el país es un manjar) y que desde Viveiro Tattoo Estudio Jordi realizó ya «tres veces», cuentan. Evocándolo ahora que justo se cumple un lustro del confinamiento, otro que combinaba el famoso Covi de las Olimpiadas de Barcelona y el virus del covid. Añaden Roel y Paraños que si alguien que entre por la puerta de Viveiro Tattoo Estudio les pide algo que «vaia en contra dos nosos principios», no hacen el tatuaje.