El mar se come un restaurante en Barreiros: «Van deixar que caian as casas?»
BARREIROS
Las obras para regenerar la playa de Altar, con inversiones millonarias, no han surtido efecto a un problema que ya se detectó en 1978: «O Concello ou Costas teñen que amañar a escollera, porque eu non podo facer obras no que non é meu», dice el hostelero afectado
11 oct 2024 . Actualizado a las 13:12 h.En la playa de Altar, en Barreiros, se aprecia con nitidez cómo el mar reclama su espacio. El lugar es un ejemplo de los fracasos de proyectos e inversiones millonarias para regenerar el litoral y solventar un problema que, en este caso particular, ya se detectó en el año 1978. Ahora un enorme socavón que ha dejado al aire la terraza del restaurante Moby Dick, con un buen trecho de escollera destrozada, lo acredita de nuevo. En este punto se da un caso cada vez más habitual en el litoral gallego y español, la confluencia de intereses de la iniciativa privada (los propietarios de los inmuebles amenazados por el mar) y la pública, con el acceso principal a la playa de Altar cerrado por el Concello. ¿A quién compete actuar? ¿A quién financiar la reparación?
La fragilidad de la playa de Altar tiene una fecha de implosión: 1978, cuando se destruyó la barrera de arena que cerraba la parte interior de la ría de Foz. Muchos culparon -y lo siguen haciendo ahora- al puerto de Tupide, que alteró las corrientes y provocó la entrada en la ría, sin salida, de enormes cantidades de arena. A partir de aquí se comenzó a buscar una solución. En 1983 se construía una escollera en la boca de la ría, que nada solucionó, más bien al contrario, ya que taponó el canal del puerto de Foz, problema que se sigue sufriendo ahora. En el año 2002 se trasvasaban 422.000 metros cúbicos de arena desde la ría a la playa de Altar, con una inversión de 1,75 millones de euros. Fue un nuevo fracaso, de modo que en el 2006 fue preciso autorizar una actuación de emergencia: medio millón de euros para consolidar el talud de Altar, porque el mar amenazaba ya viviendas. Así se llegó al los años 2019 y 2021, cuando se promovió desde la Dirección General de Costas la última actuación, con un presupuesto de 3,5 millones y que contemplaba dividir la playa de Altar en dos, construyendo un espigón de 190 metros de longitud desde la costa hasta la Pena do Altar, el promontorio característico del arenal barreirense. La obra supondría cambiar la imagen de este escenario y generó una amplia oposición vecinal y, también, del Ayuntamiento, de modo que Costas optó por guardar el proyecto en un cajón.
En tanto, el mar siguió reclamando lo suyo, golpeando la escollera que protegía el Moby Dick, reventando un tramo y abriendo un gran boquete en los cimientos del restaurante, que no ocupa terrenos de una concesión, sino no es una propiedad privada plenamente reconocida, con los mojones del deslinde llegando a las cristaleras de la propia terraza. La propiedad del establecimiento hostelero tiene el asunto en manos de sus abogados. De momento no se ha producido un contacto con Costas, si bien hay que tener en cuenta que tanto los paseos marítimos como infraestructuras costeras, una vez ejecutadas por el Ministerio, son cedidas y recibidas por los respectivos concellos que son, en definitiva, quienes tienen la obligación de su mantenimiento, aunque pocas veces es así, asumiendo el Estado la reparación del grueso de los daños que provocan los temporales.
«Mentres non amañen a escollera alí non se pode facer nada»
En tanto, desde la propiedad del restaurante, que desde hace meses -también en verano-, permaneció cerrado al público en opción de alquiler-, señala: «Sexa o Concello de Barreiros ou Costas, mentres non amañen a escollera alí non se pode facer nada. Se a levou o mar, digo eu que alguén a terá que amañar. Eu non podo, porque non me vou a poñer a facer obras no que non é meu. Costas ten vixiantes e sabe ben como está aquelo e que a baixada á praia foi pechada polo Concello.Tampouco se vai amañar o acceso, como corre coa da praia de San Bartolo? Quen ten que protexer as viviendas? O Concello, Costas, van deixar que caian?».