Un pionero del balonmano en A Mariña y ex técnico de Urdangarín, expulsado por mostrar la bandera republicana en los partidos de la selección

A sus 70 años, el riojano Ernesto Sarabia (Logroño, 1951) no se aburre de su pasión, el balonmano, que ayudó a introducir en A Mariña. Anima a la selección española donde puede, y de hecho atiende al teléfono desde Budapest (Hungría), donde unas horas después de la entrevista los discípulos de Jordi Ribera se enfrentaban a Dinamarca por un puesto en la final del Europeo. Este enamorado del deporte tampoco se cansa de reivindicar lo que considera justo. Allá donde juega el combinado estatal lleva siempre una bandera republicana, que el pasado día 21 -en Bratislavia (Eslovaquia), durante la celebración del duelo Rusia-España, tuvo que retirar por imperativo de la seguridad del campeonato.

No es la primera vez que le pasa. Ocurrió dos veces, antes, en España. En 2012 asistió en Alicante a un Serbia-España, enmarcado en el Preolímpico para Londres 2012. Tuvo que retirar la bandera tricolor. Hace nueve años, en enero de 2013, acudió en Zaragoza al encuentro entre las mismas selecciones, con motivo del Mundial. «Me despacharon del campo y me quitaron la enseña», recuerda. Presentó una querella que en su momento fue archivada.

Según consta en el acta de incidencia, fue expulsado por una conducta «que se encuentra tipificada en la vigente Ley 19/2007 contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte».

Sarabia reivindica que portar la bandera republicana no implica ni violencia, ni racismo, ni xenofobia ni intolerancia. Hay jurisprudencia que aclara, como una sentencia del TSJ de Madrid, de 2003, que exhibir la enseña tricolor entra dentro de la libertad ideológica y de expresión. Así lo ratificó también el Gobierno en 2017.

«La otra bandera no me representa y yo no me meto con nadie. Simplemente, soy una persona disidente de la monarquía, creo que no tiene cabida en una sociedad moderna», resalta.

En Eslovaquia, la seguridad se apoyó en la normativa local para alegar que su conducta podía «perturbar el orden público o poner en peligro el normal desarrollo del evento». Así se lo confirmó una traductora. Él señala que en otros países a los que acudió a animar a la selección española -entre ellos Túnez, Serbia o Alemania- no tuvo problemas y sospecha que la retirada de la bandera se debió a una llamada desde España, «de alguna alta institución», al verse la enseña tricolor en la retransmisión de TVE.

Sarabia llegó a A Mariña en el 1978 para trabajar en el complejo industrial de Alúmina-Aluminio, en el que se mantuvo hasta 1985 y donde fue miembro del comité de empresa. Procedía de Vitoria, donde este republicano convencido entrenó -paradójicamente- a Iñaki Urdangarín, que hace pocos días oficializó su separación de Cristina de Borbón. «Fui el primer entrenador que tuvo, en el Marianistas, porque entonces era un niño de unos diez años», recuerda.

Su pasión por el deporte y su implicación social lo llevaron a participar en la fundación del CD San Ciprián, con secciones de fútbol sala, tenis o piragüismo. «Entonces era la localidad de España con más deportistas federados por habitante», recuerda.

Jugaba además en el equipo sénior de balonmano de Cervo, junto a, entre otros, Enrique Villares, un referente de este deporte en la comarca. «Fue una época bonita», indica.

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