La tumba, sellada con pizarras, estaba en una necrópolis descubierta en una reciente excavación
06 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El esqueleto hallado en la excavación llevada a cabo entre el 7 de septiembre y el 7 de noviembre de este año por el Concello de Mondoñedo, con apoyo de la Dirección Xeral de Patrimonio, en la zona de Os Castros, junto al casco urbano, es todavía una incógnita. Abel Vigo, arqueólogo municipal y director de la excavación, no bautizó todavía a la desconocida que hallaron en una tumba perfectamente sellada con piedras de pizarra y piedra gris, material que actuó como aislante, colaborando a la perfecta conservación de la osamenta. «Nós levantamos as pedras e cando vimos que estaba completo xa non o tocamos, avisamos e veu por ela Patxi Pérez o 11 de outubro», explicó Vigo.
Patxi Pérez Ramallo, que realiza el doctorado en el programa de análisis forense de la Facultad de Medicina del País Vasco, bajo la supervisión de Francisco Etxeberría, se encarga del estudio de los huesos. Por lo que ha visto hasta el momento, cree que se trata de una mujer de más de 45 años de edad que sufre osteoartrosis. A finales de este mes espera haber completado el análisis osteológico. Pero para conocer más detalles de la mujer habrá que esperar los resultados de las pruebas de isótopos, carbono 14 y ADN, que realizará el año próximo un equipo de expertos de Alemania, Inglaterra y Estocolmo, dentro del proyecto internacional que se está llevando a cabo para determinar el impacto que tuvieron en la población las peregrinaciones por el Camino de Santiago. Ramallo, que forma parte de este equipo, señala que por Navarra y Aragón han localizado tumbas de peregrinas enterradas con la vieira, que se supone hacían el camino de vuelta: «Atopamos xa varias mulleres, á primeira puxémoslle María Soliña», explicó.
La excavación arqueológica mindoniense se inició con el propósito de comprobar si en la zona situada detrás de la residencia de ancianos, que aparecía catalogada como un castro en el Plan Xeral de Ordenación, existía algún tipo de restos. Los 14 sondeos realizados sirvieron para constatar que hubo en el lugar tres momentos de ocupación. Uno castrexo, otro romano y otro de la época medieval: «Que aparezan restos en Mondoñedo non é estraño, o curioso é atopar unha necrópole medieval da que non había ningunha referencia e, sobre todo, o bo estado de conservación do esqueleto», explicaba Abel Vigo.
En esa necrópolis que sitúan en una etapa anterior al Siglo XI, aparecieron en el área donde se hicieron los sondeos cinco tumbas más y creen que existen otras. Avala la hipótesis de un cementerio medieval la tipología de los enterramientos y su concentración.
Además, localizaron en esa área otros 2.580 objetos que fueron inventariados; la mayoría son restos de cerámica casera; monedas de los siglos XIX, XVII y XV y otra que suponen es de la época romana, así como clavos y remaches. Abel Vigo, aparte del esqueleto, destaca el hallazgo de un crismón, un símbolo paleocristiano que podría datar de los siglos V ó VI.
Todas estas piezas ya fueron enviadas al Museo Arqueológico do Castro de Viladonga, tal como ordenó Patrimonio. El mismo destino le espera al esqueleto, una vez finalicen su estudio.