Hemeroteca: 2002
26 oct 2017 . Actualizado a las 16:47 h.«Mi plástica es un proceso que evoluciona constantemente». Así comienza la conferencia que la pintora Maruja Mallo ofreció en América, denominada Lo popular en la plástica española a través de mi obra, 1928-1936, y que ayer recreó sobre el escenario de Aula de Cultura de Caixa Galicia, en la ciudad de Viveiro, la actriz Margarita Fernández.
Dejó al descubierto, con su interpretación, la personalidad vital y artística de la pintora, su genialidad y dominio de un lenguaje conceptual que no era otro que su propio universo, «as súas vinte almas, cada unha por un século», que señaló en la presentación previa la periodista Carme Vidal.
De azul los ojos de la Mallo
Rojo sobre negro, el abrigo de piel y la coquetería de la pintora formaban parte del atrezzo de la actriz. Llegó empaquetada, compartió con el público la sombra azul, inconfundible, que maquillaba los ojos de la Mallo. Siguió la actriz el guión de la pintora. Las verbenas: la calle, lo popular... fue desgranando conceptos sobre su propia obra. El nudo de colores alcanzó al público. Su plástica se teje como telas de araña, y desciende a las cloacas y vertederos, «panoramas necrológicos que encontraba en los vertederos de la capital». Y de allí a un nuevo idioma plástico, «la estructura de los minerales y vegetales, su construcción má- algica». Y la esencia, «convertir el cuerpo humano en un instrumento de creación escénica».
Su cerámica se perdió con la Guerra Civil. En ese instante, la última provocación de Margarita -Maruja Mallo está a punto: Rompan los platos (de Sargadelos) y repitan conmigo palabras poco ortodoxas. Me cago en las jodida mística, (...) en el oscurantismo armado, (...) en los restos insepultos de la Edad Media», la que se llevó una parte de su obra y sus amigos. «Encantada de estar en Viveiro hoy, 25 de octubre de 2002».
Y en el suelo los trozos.