Bomberos sofocados

Xurxo Melchor Vítor Mejuto VILAGARCÍA

AROUSA

V. M.

En directo | Pruebas de acceso al parque comarcal contra incendios Para apagar fuegos hay que sudar mucho y no sólo por la convivencia con las llamas. Los exámenes para ingresar en el cuerpo a los que se someten 160 jóvenes son extenuantes

23 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Once de la mañana, ochenta jóvenes se agolpan nerviosos a la espera de zambullirse en la piscina municipal de Cambados. La estampa podría hacer creer a alguno que la juventud arousana se ha vuelto extrañamente deportista, pero no es el caso. Esos jóvenes, como los otros ochenta del grupo de hoy, tienen un gran sueño: ser bomberos. Pero, como la fama, ingresar en el parque contra incendios de la comarca cuesta. Hay que sudar mucho. No en vano, sólo hay cinco plazas disponibles. Las pruebas físicas a las que se somete a estos 160 jóvenes son duras y extenuantes. Para abrir boca, natación, uno de los deportes más exigentes. La criba es inmediata. Algunos salen literalmente rotos del agua. En ese momento, y sin darles respiro, el juez les devuelve el carné de identidad que recogen con las manos húmedas y temblorosas por el esfuerzo y la incertidumbre. «¿Qué marca he hecho?», pregunta uno como si se tratara de unas olimpiadas. En un segundo plano, el futuro jefe de los cinco agraciados que se hagan con las plazas, Santiago Tirado, observa toda la escena vestido para la ocasión: en chanclas. Los que pasen el examen de la piscina se enfrentan a pruebas aún más duras: Atletismo -200 y 1.000 metros- y una prueba combinada que consistirá en subir cuerda, serie de dominadas y, como colofón, press banca . Sólo pueden quedar cinco.